El primero de los cuatro juicios penales en contra de Donald Trump empezará el 15 de abril, determinó el lunes un juez de Manhattan, luego de arremeter contra los abogados del expresidente por lo que calificó como afirmaciones infundadas de que la causa por pagos realizados para silenciar acusaciones había quedado manchada por fallas en el proceso.

El juez Juan M. Merchan ignoró las solicitudes de la defensa para postergar todavía más el juicio o desestimarlo por completo debido a la presentación de último minuto de una serie de documentos que obligaron a aplazar la fecha original del lunes para el inicio del primer juicio en la historia en contra de un expresidente. Trump prometió apelar el fallo.

Salvo un nuevo aplazamiento, el virtual candidato republicano a la presidencia será parte de un juicio como acusado penal en tan sólo tres semanas, una recepción inhóspita en la ciudad en la que creció, construyó un imperio de bienes raíces y obtuvo fama y riqueza que lo catapultaron hacia la Casa Blanca.

El juicio, que gira en torno a las acusaciones relacionadas con dinero que se pagó durante su campaña presidencial de 2016 para silenciar acusaciones de infidelidades, había estado en el limbo después de que sus abogados se quejaron sobre un reciente aluvión de casi 200.000 páginas de evidencia correspondientes a una investigación federal previa del asunto.

El equipo jurídico de Trump acusó a la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, de no buscar deliberadamente evidencia de la investigación federal de 2018, la cual envió al exabogado de Trump, Michael Cohen, a prisión. Aseguraron que los fiscales que trabajan para Bragg hicieron esto para obtener una ventaja injusta en el caso y perjudicar las posibilidades de Trump en las urnas. Cohen, ahora un detractor del expresidente, es uno de los testigos clave de la fiscalía en contra de su antiguo jefe.

Merchan refutó las afirmaciones de la defensa durante la audiencia del lunes, asegurando que la fiscalía no tenía el deber de recolectar evidencia de la investigación federal, y que la fiscalía federal tampoco estaba obligada a ofrecer los documentos. Lo que sucedió «estuvo lejos» de ser lo que afirman, que los fiscales de Manhattan «se involucraran en el proceso y trataran vehementemente de obstruir su capacidad para obtener evidencia», subrayó el juez.

El juez se impacientó y presionó a Todd Blance, uno de los abogados de Trump, para que mencionara un solo precedente legal para su argumento. Cuando el abogado no pudo hacerlo, el juez lo reprendió, diciéndole: «Usted está acusando a la fiscalía de distrito de Manhattan y a las personas involucradas en este caso de un comportamiento procesal indebido y trata de convertirme en cómplice de ello. Y no tiene una sola referencia para respaldar esa postura».

El fiscal adjunto de distrito, Matthew Colangelo, dijo que el número de nuevos documentos que se presentaron en la evidencia reciente que son relevantes y utilizables «es bastante pequeño» —alrededor de 300 expedientes o menos—. Los abogados defensores de Trump arguyen que hay miles de páginas que son potencialmente importantes y requieren de una revisión a fondo. Argumentaron que la tardanza en su presentación era suficiente para desestimar el caso o al menos postergarlo tres meses.

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