Elmundo.-Louise Burns daba discretamente de mamar a su hija de tres meses en el salón del hotel Claridge’s de Londres, cuando se le acercó un camarero desplegando una enorme sevilleta para ocultar al bebé, mientras succionaba apaciblemente del pecho de su madre… «Lo siento, es la política de la casa».
A Louise le entraron ganas de llorar, gritar y protestar. Pero al final cumplió con las normas del hotel y se hizo una foto sonriente con su hija totalmente cubierta. El contraste entre las dos imágenes, antes y después de la «censura», salta a la vista.





