Al parecer, los padres del bebé no lograban calmarlo, pero el mesero notó la complicada situación en la que se encontraban y acudió enseguida en su auxilio. Tomó al bebé entre sus brazos y con ternura comenzó a mecerlo.
Tener bebés es saber que en cualquier momento comenzarán a llorar sin parar, claramente sin pensar en el lugar en el que se encuentran o la hora que sea. Eso fue exactamente lo que ocurrió con un pequeño que lloraba en un restaurante en Argentina y su familia no lograba calmarlo.
Sus padres deben haber estado desesperados, ya que nadie quiere molestar al resto de los comensales, pero un mesero notó la complicada situación en la que se encontraban y acudió enseguida en su auxilio. Tomó al bebé entre sus brazos y con ternura comenzó a mecerlo para tranquilizarlo.
Luego de un rato de interrumpir su trabajo, siguió con sus labores junto al bebé, a quien llevaba mientras atendía a otras personas. Incluso se le vio paseándose por el restaurante tan relajado con el pequeño en sus brazos, que pareciera que es algo que hace usualmente.





