La tranquila vida de Kristal Joseph, madre de cinco hijos en Sydney, Australia, dio un giro inesperado en febrero, cuando una pequeña picadura de araña desencadenó en la amputación de una de sus piernas. La causante fue una araña de cola blanca, común en los hogares australianos, conocida por su aparente inofensividad.

La picadura, ocurrida en la planta del pie, se transformó rápidamente en una infección agresiva. Kristal, de 29 años, se encontraba a las puertas de iniciar un nuevo trabajo en una funeraria, pero el grave acontecimiento puso en pausa sus planes y su vida.

Los médicos se esforzaron por controlar la infección, sometiéndola a diez operaciones en tan sólo 3 meses para la eliminación de tejidos muertos, no logró contener la infección, la cual se extendió y agravó la condición de Kristal. La crisis alcanzó su pico cuando Callum, esposo de Kristal, recibió la noticia de que su mujer había entrado en una fase cinco de fallo renal y que solo le quedaban 48 horas de vida.

La infección se había extendido a sus huesos, tendones y ligamentos. Finalmente, ante la gravedad de la situación, los médicos se enfrentaron a una decisión dolorosa: debían amputar la pierna de Kristal para salvarla. El marido de Kristal, en entrevista para el diario británico Daily Mail aseguró que todo fue un «calvario» que dañó profundamente a su familia.

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