La Luna, satélite natural de la Tierra, ha sido importante para la humanidad en todos los sentidos. Hasta ahora cinco países han realizado el sueño de volar y alcanzar con sus misiones espaciales al objeto celeste más brillante de la noche, el cual ha sido motivo de inspiración en todas las artes.
José Franco, investigador y exdirector del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, considera que, debido a las condiciones tan inhóspitas del ambiente lunar, aún hay una serie de problemas por resolver antes de que sea posible tener a un grupo de seres humanos “pasando una temporada larga por allá”.
En el lugar la temperatura en la superficie puede subir a más de 100 grados centígrados durante el día y pasar a menos 150, en la noche. “La variación es tan grande, que para cualquier organismo es imposible sobrevivir sin protección adecuada”.
Su superficie está llena de un polvo que es resultado de los impactos de meteoritos que chocan a velocidades altas, los cuales derriten un pedazo de corteza que se levanta y al enfriarse se cristaliza. Ese material, llamado regolito, es demasiado abrasivo como vidrio molido, y puede generar muchos problemas si llega a los pulmones.
Pensar que existan bases con seres humanos viviendo por temporadas largas, significa resolver numerosos problemas: invernaderos para cultivo de alimentos o la disponibilidad de agua, por ejemplo, aclara el experto al referirse al Día Internacional de la Luna, declarado por la Organización de las Naciones Unidas en 2021, a celebrarse el 20 de julio.





