Alejandro Arredondo nacido en Coacalco, Estado de México, llevaba trabajando tan solo unos meses en París, antes de que ocurriera el incendio en la Catedral de Notre Dame
El 15 de abril de 2019 fue un día fatídico para Francia, probablemente también para el resto del mundo, la Catedral de Notre Dame ardió durante al menos nueve horas, en las que el arquitecto mexicano Alejandro Arredondo presenció, junto a millones de franceses, la caída del techo y de su icónica aguja.
En 2017, Arredondo decidió establecerse junto a su esposa en París, Francia, en ese momento no se imaginaba que con su trabajo, y el de muchos otros, el templo reabriría apenas cinco años y medio después, el 7 de diciembre de 2024.
La participación del arquitecto Alejandro Arredondo consistió en coordinar los trabajos para recrear la estructura de la catedral en una maqueta digital, esto permitió a los artesanos e ingenieros reconstruir las zonas que fueron consumidas por el fuego.
Junto a su equipo utilizó escáneres 3D y drones de alto rendimiento para crear una nube de puntos de Notre Dame. La nube consiste en la representación digital de la superficie de un objeto que permite visualizar y calcular las medidas de las áreas que se van a restaurar.
«Consistió básicamente, explica, en tomar las medidas y pasar por todos lados, tanto por el interior, como por el exterior de la catedral, incluidos los rincones prácticamente inaccesibles tras el incendio»
Alejandro también expuso una de las dificultades a la hora de buscar información acerca de las medidas de la catedral, ya que, incluso pueden encontrarse en internet, pero no necesariamente se ajustan fielmente al estado real de la estructura.
«Ni todos los muros están derechitos, ni todas las ventanas están perfectamente redonditas en un edificio con más de 850 años de historia«, detalló
Su participación en la reconstrucción vino de la mano de una empresa para la que este especialista, nacido en Coacalco, Estado de México, llevaba trabajando tan solo unos meses, aquel fatídico 15 de abril de 2019.
«No sabía que aquel día iba a cambiar mi vida y mi trayectoria», rememora Arredondo en una entrevista con EFE, a escasos días de la gran reapertura.
Junto a muchas otras, la empresa para la que trabajaba Alejandro Arredondo fue seleccionada para formar parte de una que parecía imposible: reconstruir Notre Dame en el menor tiempo posible.
Con un presupuesto de 700 millones de euros —o la modesta cantidad de 14 mil 925 millones 650 mil pesos mexicanos— hicieron uso de las más altas tecnologías hasta los oficios más tradicionales, como el de cantero o carpintero para una labor titánica.
El mapeado de la estructura comenzó solo unos días después del incendio, fue un reto de juntar la tecnología del siglo XXI y las técnicas de construcción del siglo XXI con el espíritu de una catedral gótica.





