Asimismo, la detención se produjo horas después de que cientos de investigadores y agentes de policía llegaran al complejo presidencial para hacer efectiva su captura.
Durante el operativo, se observó — una serie de vehículos todoterrenos negros —, algunos con sirenas, saliendo del complejo presidencial escoltados por la policía.
Asimismo, investigadores de la Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios. Estuvieron negociando con los abogados del presidente, y hasta media mañana del miércoles, Yoon aún no había sido detenido.
Los agentes no encontraron resistencia significativa por parte de las fuerzas de seguridad presidenciales cuando se acercaron a la residencia de Yoon, y no se reportaron enfrentamientos durante el proceso.
En una declaración, Yoon comentó que aceptó comparecer ante el CIO para evitar un “desagradable derramamiento de sangre” en un enfrentamiento. Sin embargo, dejó claro que su comparecencia no implicaba aceptar la legitimidad de la investigación.
A su vez, la detención — abre la puerta — para que el CIO continúe con su investigación sobre la imposición de la ley marcial por parte de Yoon a principios de diciembre. No obstante, esta medida fallida sorprendió al país y a sus aliados, sacudió los mercados y desencadenó la peor crisis constitucional en décadas.
Tras el arresto, el won surcoreano experimentó un breve repunte, subiendo un 0,2%. Esto, frente al dólar estadounidense, antes de ceder terreno y mantenerse estable a lo largo del día.





