ELPAÍS.-Siria es hoy el conflicto más peligroso del mundo en términos de cobertura mediática. Tras más de cuatro años en guerra, 46 informadores y 134 de los llamados periodistas ciudadanos se han dejado la vida, según Reporteros Sin Fronteras, para contar una guerra que se ha cobrado ya más de 230.000 muertos.

Dividido en tres frentes —el rebelde, el leal y el yihadista de Al Qaeda (AQ) y el Estado Islámico (EI)—, la cobertura informativa desde Siria se ha convertido en una misión casi imposible. Los que entran por el lado rebelde no pueden regresar al leal y viceversa. Informar desde las zonas controladas por Al Qaeda o el Estado Islámico conlleva un alto riesgo de secuestro. A pesar de ello, decenas de jóvenes periodistas freelance han decidido apostar por seguir cubriendo una guerra cada día más violenta y económicamente cara para trabajar.

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