11780490_1621220478118790_1974549851_nPara poder alcanzar la candidatura del PRI a la presidencia municipal de Matamoros, el ex alcalde Alfonso Sánchez Garza tendrá que pasar primero por encima de las aspiraciones de sus familiares cercanos, como es el caso de su primo hermano Daniel Sampayo Sánchez y de su suegro Jesús Roberto Guerra Velasco.

No será una tarea fácil para el político, que si bien se ha dado a la tarea de reunirse con sus viejos colaboradores un día sí y el otro también, de tirar gol en torneos de fútbol en Las Brisas, comer tamales desabridos en Lomas de San Juan o cargar una criatura en Las Higuerillas, no ha logrado unir en torno a su proyecto de regresar la alcaldía a sus propios familiares, empecinados en hacerle sombra a sus aspiraciones.

Repudiado por su propio partido, Daniel Sampayo Sánchez a quien su cercanía con el ex gobernador Tomás Yarrington le costó la candidatura a la diputación federal, hoy dedica sus días a despotricar que el PRI le debe la candidatura a la alcaldía por lo que agrupa apoyos para dar pelea.

Algo más intenso pasa con el ex alcalde Jesús Roberto Guerra Velasco, padre de Silvia Guerra, la esposa de Alfonso Sánchez Garza y quien ha salido del retiro político al que lo obligó Tomás Yarrington durante su sexenio, para revelar en las redes sociales que está dispuesto a buscar la Presidencia Municipal de Matamoros «si la gente lo pide».

Aunque ninguno de los dos, ni Daniel ni Jesus Roberto tiene posibilidades serias de abanderar al tricolor en los próximos comicios, debido a los malos antecedentes del primero y la avanzada edad del segundo, llama la atención que no tomen en cuenta el esfuerzo de Alfonso de regresar al edificio de la calle Sexta, por lo que se advierte que el rompimiento es inminente.

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