AZTECA DEPORTES.-Tigres no mató nunca a River, lo dejó vivir más de una vez y al final pagó sus errores en la final de la Copa Libertadores. Ni siquiera hay que remontarse hasta la fase de grupos. Los felinos tuvieron al Millonario contra la pared en tres ocasiones que no terminaron en gol por falta de contundencia.

Tigres lo había hecho bien, aguantó la presión y las patadas del rival. Sin embargo, el primer parpadeo en defensa les costó caro; Leonel Vangioni tomó el balón en medio campo y luego de un túnel centró para la llegada de Alario quien de palomita se tendió en el área para rematar a plenitud y poner el 1-0 en el marcador.

Eso sí, el árbitro hizo todo lo posible para incomodar la actuación de Tigres en la cancha de River. No expulsó a Alario por una patada y un pisotón a Nahuel Guzmán y coincidentemente fue quien terminó apareciendo dentro del área para marcar el primer gol de River.

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