Madre de 6 y maestra de cientos Julia Tudon Walle es una profesora de Matamoros que entre sus muchos logros tiene el de haber vencido el cáncer de seno, enfermedad que le fue diagnosticada hace dos años y de la que después de una mastectomía, quimioterapia y radioterapia salió adelante para estar hoy frente a grupo.
«Recuerdo que eran las vacaciones de Semana Santa de hace dos años, fui a mi chequeo de rutina y el medico me dijo que tenia cancer de seno, cuando me hizo unos nuevos exámenes se confirmó el diagnóstico, dos semanas después el 27 de abril yo estaba en la mesa de operaciones».
Cae una mañana nublada en la primaria Alfonso Reyes del fraccionamiento Infonavit Los Angeles, los niños estudian, los maestros enseñan, y la directora Julia, que también es profesora de quinto grado en la escuela Roberto F. García, escribe una frase que la define: Soy una guerrera que lucha por transformar el mundo.
«Fue el apoyo de mi familia, de mi esposo, de mis hijos, de los alumnos y sus padres, los otros maestros y mis autoridades el que me llevo salir adelante, después de la operación vivieron momentos muy difíciles, la quimioterapia, la radioterapia, pero fue amor que yo recibí de todos ellos el que me permitió mantenerme de pie en todo momento».
Nacida en el municipio de Jaumave y egresada en 1980 de la Escuela Normal Benemérita de Ciudad Victoria, Julian Tudon Walle es una sobreviviente, durante años combinó su faceta como instructora en aulas con la de luchadora por los derechos magisteriales.
En el 2001, junto a 2 profesores camino de Matamoros a la capital del estado en la conocida Marcha por la Dignidad Magisterial, en el 2005 participó en la lucha por el rescate del Escalafón y de manera más reciente junto a su esposo, el también maestros Andrés Andrade Marquez, en el kiosco de la Plaza Principal realizaba jornadas pedagógicas en apoyo a estudiantes con problemas de aprendizaje.
«Esas jornadas eran muy bonitas pero las suspendimos cuando surgió lo de mi diagnóstico porque la prioridad en esos momentos era curarme, y así fue, como no se sabía que tan avanzado está el cáncer el doctor Adolfo Norberto me dijo que al momento de abrir se iban a dar cuenta si era algo pequeño o venía muy avanzado, cuando me desperté en la clinica y me di cuenta de todo el tiempo que había pasado en el quirófano entendí que era radical y que todo el seno me lo habían quitado».
Lo peor vino después, afirma esta madre de 6 hijos: Ercia, Mirsha, Alan, Ruddy, Sandro y Francia, algunos de ellos ya profesionistas.
«En junio, un día antes de mi cumpleaños que es el 18, fui a la segunda quimioterapia en el ISSSTE, ya con el doctor Erick Juarez y la enfermera Normita, y después de que me aplicaron el medicamento esa noche todo el pelo se me cayo, fue impresionante, porque aunque los médicos te preparan mucho en el aspecto emocional por los cambios y los efectos secundarias, el ver como me quede calva pues sí fue impactante».
Pero lejos de entrar en depresión o abatimiento, de una forma muy práctica la maestra Julia echó mano de pelucas, turbantes y sombreros para cubrir su calvicie, resultado del fuerte tratamiento para combatir el cáncer después de la mastectomía.
«No fue por mi, ya que yo no tenía vergüenza, de hecho mi esposo tuvo un gesto muy cariñoso y de solidaridad que fue raparse para estar como yo sin cabello, pero si me pareció importante el proteger a mis estudiantes, dando que yo seguía frente a grupo y con el contacto con ellos, por ser niños se iban a sorprender de verme pelona, por eso me puse pelucas, turbantes, bandanas, sombreros, de todo para que ellos me vieran lo más normal posible».
Decidida a seguir frente a grupo -«pues si me quedaba en casa, me enfermaba más»- la maestra Julia declinó la propuesta de sus superiores de meter un permiso especial por enfermedad y retirarse de sus dos turnos.
«Hasta el otro abril, el día 10 que me fui a la ciudad de México para recibir en el Hospital 20 de noviembre un total de 32 radioterapias a lo largo de 3 meses, y que fue un tratamiento pesado porque con un láser te van aplicando radiación en el área donde estuvo el cáncer para que no regrese otra vez, y aunque al principio no fue doloroso, el que te lo hagan una y otra vez termina por quemarse la piel».
Esa etapa dolorosa del tratamiento se prolongó hasta junio del año pasado, cuando la maestra Julia, con diez kilogramos menos pero ya con algo de cabello regreso a Matamoros al encuentro con sus alumnos.
«No fue fácil pero yo soy una prueba de que la enfermedad se puede vencer, será porque fui diagnosticada a tiempo, porque de inmediato entre a tratamiento y por la operación, porque me mantuve activa, porque nunca me faltó el cariño de los míos, pero aqui estoy de pie, tengo chequeos cada 3 meses porque como los doctores me han dicho el cáncer puede volver, es una posibilidad que me va a acompañar toda la vida pero estoy bien, sana mentalmente para hacerle frente».
A dos años del diagnóstico, tras la operación, las quimio y radioterapias, Julian Tudon Walle no pierde el sentido del humor ni su convicción de maestra, cada mañana llega a la primaria Alfonso Reyes a cumplir con sus tareas de directora y por la tarde en la primaria Roberto F. Garcia se le observa en su faceta favorita: la docencia.
«Es la parte que más me gusta estar dando clases a los niños, el poder lograr sacar lo mejor de ellos, eso es algo que nos mueve a los que somos maestros por vocación, el estar en nuestros planteles, darnos cuenta de lo que le hace falta a la educación y trabajar para que las cosas se vayan componiendo».














