SIN EMBARGO.- Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue reaprehendido en este polo de desarrollo del Valle de El Fuerte cuando escapaba por la carretera México 15, en el punto conocido como El Trébol. Como el amuleto herbario, este cruce de caminos tiene cuatro destinos marcados. Uno conduce al municipio de El Fuerte –rumbo al Triángulo Dorado-, otro lleva a Culiacán –la capital del estado-, uno más a Navojoa, Sonora. Y el cuarto, a esta ciudad.

Un reporte de la Secretaría de Marina (Semar) indicó que el fugitivo más connotado se metió por una alcantarilla en el Boulevard Jiquilpan de Los Mochis, se arrastró unos 300 metros por el drenaje y salió a la superficie frente al Hospital Fátima. Ahí, Guzmán Loera, quien iba acompañado de cuatro hombres, asaltó a un automovilista que conducía un Jetta color blanco. El reporte del robo que hizo el conductor permitió a los elementos de la Marina ubicar al capo que huía por la carretera. Aunque el automovilista no se imaginó que quien lo asaltó era el hombre “más buscado del mundo”. Así dieron con él.

Así, y como consecuencia de un largo trabajo de inteligencia. Anoche, la Procuradora General de la República, Arely Gómez González, presentó otros detalles. Por ejemplo, que sus abogados hicieron contacto con actrices y productores porque el jefe del narcotráfico quería una película autobiográfica. O que hizo saber su intención de dejar la serranía para instalarse en la zona urbana. O que mandó acondicionar varias casas para vivir en ellas.

Ya le pisaban los talones, a él y a Orso Iván Gastélum Cruz, su jefe de seguridad. “En esta persecución, el personal naval siguió por el interior de los túneles y red de drenaje a los dos prófugos, quienes al verse en esa condición de huida abrieron una alcantarilla para salir a una avenida y posteriormente huir en vehículos”, detalló la Procuradora. Aseguró que tras detectarse uno de los autos sobre la carretera Los Mochis–Navojoa, los elementos de seguridad los interceptaron y los detuvieron. Es decir: los agarraron en la calle y posteriormente los llevaron a un motel, donde esperaron refuerzos. Es allí donde a Guzmán Loera se le ve sentado sobre una cama, con la camiseta sucia.

El hotel Doux se encuentra unos metros después de El Trébol. A las nueve de la mañana, elementos de tropa habrían obligado a Guzmán Loera a ingresar a la habitación número 50 para asegurarlo mientras esperaban para subirlo a un avión Learjet rumbo al Estado de México. El cerco de la Marina abarcaba varios kilómetros. Los estudiantes de todos los niveles no fueron recibidos en las escuelas. Por la tarde, el valle había recuperado la calma. En la recepción del hotel, nadie se resistió a relatar que en efecto, la detención había ocurrido ahí y esa había sido la última parada de “El Chapo” Guzmán. “Ahora hay que ver qué pasa mañana”, resumió un joven hombre que se desempeña como vigilante.

El preludio de este día estuvo marcado por dos enfrentamientos a balazos entre la Policía Municipal de Guasave y sicarios de grupos delincuenciales en la comunidad de Juan José Ríos cuya cabecera municipal está dividida: una parte corresponde a Ahome y otra a Guasave. Además, Ismael Ruiz Díaz, apodado “El Mollejas” (cuyo nombre está asociado con el grupo que dirige Fausto Isidro Meza Flores, antagónico de Guzmán Loera en la región) fue asesinado a golpes en el cráneo en plena ciudad

 

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