LA REGION.- Se llamaba Ariel Camacho. De apodo, de cariño, le decían “La Tuyia”. Estaba abriéndose paso tanto como compositor y como cantante en la música regional norteña, cuando lo sorprendió la Muerte en un tramo carretero en el estado de Sinaloa. El artista tenía 22 años.
En este próximo 25 de febrero, Mes del Amor– como dirían los clásicos–, se cumple el primer aniversario de su trágica muerte. Había colocado como éxitos tres canciones. Dos de ellas, de amor, “Hablemos”, y “Te metiste”. Y una más llamada “El karma”. He de contarles que a principios de este año, en un par de fiestas de cumpleaños a las que concurrí… la gente…sobre todo gente joven… se sabe estas tres melodías. Y las canta, la gente, con harto sentimiento. Y en una de esas fiestas comenté lo lamentable que haya muerto el año pasado un joven veinteañero me rebatió: “Bueno, yo creo que los buenos cantantes nunca mueren”. Me quedé helado, enmudecí. ¿Tiene razón? Ahora que lo pienso, pues sí.
En Sinaloa lo velaron lo mismos colegas del mundo de la música, la familia y amigos del cantante. Aunque quizás una de las personas visiblemente más afectadas fue su novia María Arellanes, quien mantenía una relación con el joven de 22 años.
Se dice que Ariel ya le había dicho a su novia, también de 22 años, en varias ocasiones que “si se moría, le llevara una rosa”; comentario que Arellanes adjudica a que Camacho había presentido su muerte porque decía que durante sus viajes de trabajo siempre estaba expuesto.
María, quien estaba determinada a casarse con el músico, no podía dejar de llorar y gritarle a pie de féretro que despertara y que no la dejara sola.
Los restos del vocalista del grupo norteño ‘Ariel Camacho y los Plebes del Rancho’ fueron velados durante más de 24 horas en una funeraria de Guamúchil, y luego fueron trasladados con música de banda a la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.





