Los cuatro alumnos del CBTIS 135 que alcoholizados fueron responsables de accidente y volcadura que acabó con la vida de una bebé el pasado lunes ya no pertenecen más al plantel del ejido 20 de noviembre.

bebeFue Domingo Angel Barrientos Martínez, director del centro de estudios  quien dio a conocer que los estudiantes, hoy prófugos de la justicia por el homicidio imprudencial de la bebé Mairany Martinez, no se han presentado a clases.

«Y por lo que me dice Servicios Escolares no han entrado a su facebook ni tenido comunicación con sus compañeros que no saben nada de ellos desde que salieron de clases el lunes pasado y dijeron que iban a una casa a hacer un trabajo, en un tiempo que aprovecharon para estar tomando».

A manera de disculpa, el entrevistado dijo que la borrachera de Jesus Alejandro Quintero Ramirez, Jesus Alberto Castro Martínez  y Emmanuel Castillo  no tuvo su origen en el centro educativo.

«Estamos en el segundo día de una investigación interna en la que se ha llamado a todos los maestros de esos muchachos para ver si se dieron cuenta de algo, y me han comentado que no, de hecho todos entraron a la última clase, la de las seis de la tarde, con excepción de Jesus Alejandro Quintero, que tiene una falta en el pase de lista».

A decir del directivo, alguno de los 250 trabajadores, entre maestros, prefectos y personal administrativo del CBTIS tuvo que haberse percatado el lunes de que los alumnos de la especialidad de Mantenimiento Industrial  se estaban corriendo una parranda en una de las aulas.

la foto«Lo que yo veo hasta el momento es que no empezaron a tomar aquí, lo que pasó en la última hora es que su maestro de turno les encargo un trabajo en grupo y ahí mismo los compañeros refieren que ese grupo se puso de acuerdo para irse a una casa y es donde me supongo que empezaron a consumir alcohol, si de aquí salieron a las 7, y el accidente ocurrió después de las 10 de la noche, tuvieron tiempo para haberse emborrachado».

Reconoce que en el centro de estudios que da cabida a 2 mil 600 alumnos en sus dos turnos, falta un sistema de seguridad para llevar un control más detallado sobre el comportamiento de los adolescentes.

«Contábamos con un sistema de 8 cámaras que ubicadas en puntos estratégicos nos permiten tener un control, pero hace 6 o 7 meses con una lluvia muy fuerte que hubo se descompusieron y es hora que no se puede arreglar, estamos en vías de comprar un nueva sistema, pero mientras tanto la vigilancia está a cargo de los prefectos que deben de darse su vuelta en los patios, en los salones, en los talleres precisamente para evitar casos de este tipo».

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