Con un particular estilo, Alberto «El Vaquero» Rivera se ha dado a la tarea de promover el deporte en la frontera, a través de la repartición de balones de fútbol entre alumnos de primaria y secundaria.
A este maestro de historia de 40 años y padre de 5 hijos, la idea loa salto como une revelación el pasado 7 de marzo.
«Ese día en la escuela de donde soy maestro a unos jóvenes que estaban jugando fútbol se les fue el balón para fuera y me piden que lo recupere, cuando yo doy la vuelta me doy cuenta que se lo robaron, regreso y les platico pero miro como esa bolita que estaba haciendo deporte se empieza a dispersar y pierden la intención de seguir haciendo deporte que es lo que necesitamos en la niñez y juventud un pensamiento positivo».
Explica el también preparador físico que el ver el desaliento en los alumnos de la Técnica 76 lo llevo a comprar no uno, sino varios balones.
«Son balones económicos pero que pueden causar mucho beneficio, de entrada el niño se va con su sonrisa porque es suyo, segundo se promueve el deporte en la escuela y fuera de ella, porque llegando a su casa ya con balón nuevo van a jugar con sus vecinos de la cuadra».
Su idea, asegura, no tiene fines de lucro ni intereses políticos,
«Lo que yo quiero es que los niños y jóvenes hagan deporte, que se pongan a patear a jugar fútbol, a mi no me van a ver pidiendo el voto, aunque de hecho ya hubo un político que se me acerco y me pidió que dijera que el era la octava maravilla pero le dije que no».
Participes de esa iniciativa, que grabo con su teléfono móvil y subió a redes sociales, profesionistas, deportistas, obreros, migrantes y otros profesores como el, lo han acompañado en los últimos días en la repartición de los balones, a patadas o con la mano, se avientan por encima de las bardas escolares para aterrizar en una multitud de alumnos que ni se lo esperaban.
«Ese es el chiste que no sepan que vamos, y si lo hacemos desde afuera y a patadas, es porque si en una escuela hay 500 alumnos, si llegáramos a saludarlos uno por uno pues tendríamos que darles a todos, entonces es mejor de esta manera, en el recreo, y que se lo gane el que corra o brinque por el, desde ahi estamos buscando que sean competitivos».
A bordo de una camioneta Tahoe Negra, a la que su compadre Francisco Guerra le hecha gasolina como contribución a la causa, «El vaquero» se prepara para continuar la entrega después del periodo vacacional de Semana Santa.
«Por lo pronto y para no quitarle la intención a toda esa gente que nos esta hablando para donar mas balones, se va abrir un centro de acopio de balones en la calle Morelos entre 4 y 5 con el dentista Alfredo Rodríguez que nos va hacer el favor de recibir los balones y empezando abril nos pegamos a la tarea nuevamente».





