TELEVISA DEPORTES.- En la selva se dice que el León es el rey; sin embargo, cuando se trata de llegar a la Final por un título, un Tuzo bien armado puede arriesgarse y faltarle al respeto, apoderarse de su territorio y arrebatarle, casi, la gloria.
Ycq5dam.thumbnail.624.468 así fue en el Nou Camp, el Pachuca se plantó con aires de grandeza, miró de frente al Leóny se llevó un importante empate 1-1 en el partido de ida de la Semifinal del Clausura 2016.

Con un gol tempranero de Hirving LozanoTuzos logró arrancarle un mechón a la melena deLa Fiera, que solamente pudo responder con el tanto de Aldo Rocha.

El mensaje de ambos equipos fue claro en las conferencias previas, la hermandad no existe, y con esa mentalidad saltaron a la cancha, enfrente solamente veían el obstáculo que existía entre ellos y el boleto a la Final del futbol mexicano.

El futbol intenso y veloz de los Tuzos chocaba con el juego ordenado y preciso de losEsmeraldas que, además, contaban con el apoyo de su gente y la potencia de sus delanteros.

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Dos jugadores atraían las miradas en la cancha, uno de cada lado, por el de La Fiera, Elías Hernández, quien se ha convertido en el orquestador de este conjunto; por el de Tuzos,Hirving Lozano, bastión indiscutible de los hidalguenses.

Ninguno de los dos jugadores decepcionó a su afición, le dieron profundidad y verticalidad a sus conjuntos, alimentaron de balones a sus compañeros y generaron espectacularidad en el partido.

Lozano abrió el marcador pronto, a los 12 minutos se metió al área a gran velocidad, recortó a un defensa, jaló del gatillo y puso el 0-1 en la pizarra a favor de los visitantes.

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La Fiera había sido alcanzada, herida en su propio territorio y no lucía contenta, necesitaba reaccionar lo antes posible y demostrar su poderío ante un huésped hostil.

Y la respuesta vino pronto, en una pared relampagueante entre Mauro Boselli y Aldo Rocha, el segundo se encargó de mandar el esférico al fondo e igualar los cartones para hacer estallar la grada esmeralda a los 23 minutos.

No había vuelta atrás, los daños estaban hechos de los dos lados y ninguno quería quedarse con un solo golpe, querían más y tenían las armas y la estrategia adecuada para hacerlo.

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