Con tal de obtener una de las 27 mil 600 televisores digitales que el gobierno federal envió a Matamoros para los beneficios de sus programas, cientos de personas no dudaron en pasar hasta cinco horas bajo un sol inclemente en las afueras del gimnasio multidisciplinario de la UAT.
Previamente notificadores contratados por la SEDESOL habían «peinado» las colonias de la ciudad entregando el aviso a los beneficiarios de que podían acudir por el aparato de 24 pulgadas a partir de las 8 horas de este viernes.
Ya alertados, y en su desesperación por estrenar una tele «de las nuevas», desde las seis de la mañana las personas empezaron a llegar, a pie, en bici, algunos en carros, otros hasta cooperaron para echarle diesel a las viejas camionetas que los trasladaron con al esperanza de regresar a su casa con tele nueva.
La multitud empezó a formarse sobre la calle sexta, pero no fue hasta las 7 y media cuando les abrieron los portones para que la multitud entrara reclamando una de las plasmas marca patito Diamondelectrecs y Foxconn.
«Aijuesu yo pense que era una Sony», dijo don Pedro Reyes, de la colonia Esperanza, algo desilusionado al buscar la marca en el aparato.
El, como otros 27 mil 599 personas más, beneficiarios de programas «65 y más», despensas bimestrales y padres de menores con estancias infantiles tiene por ley derecho a la entrega de la televisión digital como parte del programa «Mover a México, que dejará atrás la transmisión analógica.
Con estos nuevos equipos, aun siendo marca patito, los beneficiaros no sufrirán el apagón analogico que dejara sin señal a los viejos aparatos a partir del mes de noviembre.
Motivados por la idea de estrenar, don Pedrito y cientos de fronterizos más no dudaron en esperar largas horas bajo el sol a la espera de que la fila avanzara y es que si bien la entrega fue bajo el techo del gimnasio de la UAT llegar ahí significó para la mayoría pasar media mañana, asoleándose como lagartijas.
«En la mañana tuvimos un incidente con una persona que se convulsionó, lo que pasa es que el sol esta muy fuerte y muchos vienen sin comer ni tomar nada, la recomendación es que por lo menos traigan agua para soportar la espera», dijo José, uno de los paramédicos de la Cruz Roja que movilizó dos ambulancias al sitio.
Pero aun con la lengua de fuera por el intenso sol, los beneficiarios seguían de pie, firmes haciendo cola, algunos con la panza vacía pero deseosos de estrenar su nueva televisor.
Ya de salida, con sus aparatos digitales bien amacizados, una sonrisa se dibujaba en el rostro de los beneficiarios, sobre todo de las mujeres, listas para ver con mayor nitidez «Lo que la vida me robo», la telenovela de las 9 y media.
«Ahora si voy a ver mas clarito al papacito William Levy, no que antes lo miraba todo borroso», presumió Claudia Rodríguez de la colonia Independencia.
