Cumplir con las expectativas generadas entre los ciudadanos no será tarea fácil para FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, una vez que asuma las riendas de la administración estatal.
De entrada están los males crónicos que se padecen desde hace varios sexenios, como lo son la inseguridad y problemas económicos y de carácter social, entre otros.
Hay esperanza de que no se eche por la borda avances que se dan en la presente gestión y que se acelere el paso para responder a las sentidas demandas de los tamaulipecos.
Por supuesto que si se hacen bien las cosas, los habitantes de la entidad podrían refrendar su aval al partido en el gobierno y, en ese sentido, se daría lo que ya tuvo lugar en la administración federal, cuando repitieron en el ejecutivo.
Luego entonces, el punto central es hacer bien las cosas y lo demás podría ser pan comido por aquello de que los electores saben reconocer cuando se trabaja en su beneficio.
Además, tienen razón las voces que hablan del riesgo de que las estructuras priistas, vayan a la baja y eso sería por los resultados de la gestión panista y debido a la operación política que realicen.
Y al parecer no será tarea difícil en tanto que los priistas se encargaron de restar méritos a los liderazgos de base y convirtieron a las presidencias municipales en las jefaturas desde dónde se opera la entrega de apoyos a los militantes del tricolor y sus familias.
A eso debe sumársele que los llamados seccionales han sido manipulados por medio de dádivas por los grupos de interés priistas para alcanzar sus objetivos sectarios.
Es decir, la militancia priista de territorio tendrá que ir a tocar la puerta de los nuevos funcionarios de las localidades cuyo sello es el de Acción Nacional.
Precisamente a esto se refieren voces críticas del tricolor, por ejemplo HERIBERTO RUIZ TIJERINA, cunado subrayan que su instituto tiene que partir de “base cero” para no seguir ostentando una fuerza organizativa que están lejos de tener, en los hechos.
Sencillo: si no se posen principios, ideología y un proyecto compartido, que se defienda en las asambleas propias o ante los adversarios, aunado al ejercicio del legítimo derecho a presionar para que se haga efectiva la justicia social, los del PRI no la tienen fácil.
Menos si a los “próceres” que sienten que el tricolor es suyo, todavía no les cae el veinte de que la regaron, perdieron y está obligados a reagruparse.
De modo que si no se modifica el fondo y las formas de tener clientela y hacer política por parte de los priistas, podrían hacer una gran contribución para la causa de sus adversarios.
Obvio que ello a condición de que los panistas, una vez que tengan en sus manos las riendas del gobierno, no se desproporcionen y les de por inventar.
En calidad de mientras, se mueven tres vertientes del tricolor, para efectos del relevo de la dirigencia en la entidad a la que, por cierto, le tocará traer a mecate corto a las nuevas autoridades.
La que cuenta con respaldo de uno que otro presidenciable, el revoltijo que hacen los ex presidentes del PRI y la que animan voces críticas que ya se cansaron de la cultura de la línea y la disciplina a ultranza.
Sin duda que en los meses y años por venir habrán de darse cosas inéditas y suculentas para el análisis y la crítica.
RULETA
Les comparto tres acontecimientos que son distintos pero no dejan de mostrar una realidad que rebasa cualquier ley o plan de buró para que se haga efectivo el llamado estado de derecho.
Uno de éstos tiene que ver con el ámbito administrativo de la Secretaría de Educación en Tamaulipas (SET).
Resulta que directivos de planteles de escuelas de Tiempo Completo se quejan de que desde las oficinas centrales, ubicadas en la Calzada Luis Caballero, de ciudad Victoria, les “mochan” el cheque que baja de la federación para ser invertido en dicho programa.
No quiere decir que se “claven” parte del dinero, sino que un considerable porcentaje de las compras de artículos no se hace desde las escuelas. De tal manera que desde el alto mando podrían mandar al plantel un refrigerador, cuando no fue solicitado por tal o cual escuela.
Al parecer no se esta cumpliendo con las reglas de operación y, sí fuera de ésta manera, podría haber líos.
Otro asunto es que tuvo lugar en la secundaria Técnica número 90, Eugenio Hernández Balboa, el día de ayer.
Lo que reportan los directivos de la escuela, ubicada en la colonia Moderna, es que vándalos se metieron, desconectaron las cámaras de vigilancia y prendieron fuego a oficinas de la dirección.
Por supuesto que no hay detenidos.
Uno más es el que tiene que ver con los “trastupijes” que se hacen en la Secretaría de Desarrollo Rural o al menos se hicieron cuando estaba al frente CARLOS SOLÍS GÓMEZ.
Nos enteramos que una señora de apellido DE LUNA, rentó un predio de cuatro hectáreas y tramitó apoyo para concretar un proyecto productivo por un monto de al menos dos millones de pesos.
Hasta ahí la cosa es normal excepto que se habrían falsificado firmas del supuesto aval del dueño del “rancho”, mismo que se encuentra ubicado por el kilómetro 11 de la carretera a Matamoros.
Ante esto podría decirse que sorprendieron a SÓLIS GÓMEZ o a sus colaboradores.
Lo extraño es que, según nos contaron, el billete que salió del erario era para adquirir implementos agrícolas y hasta vacas, algo que no se concretó, aseguran.
Si es así, es cuestión de dimensionar lo que pudo haberse hecho a otra escala.




