Ni su fe pudo salvar a un texano que por no guardar el  reposo recomendado después de hacerse un tatuaje y meterse a la playa murió en medio de fuertes dolores.

Y es que la decisión de bañarse en aguas del Golfo de México le provocó una infección que terminó con su vida.

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El  residente de Texas, cuya identidad no se ha revelado, fue con expertos y se tatuó una cruz, unas manos en posición de oración y la frase: “Jesús es mi vida”.

Después, según las recomendaciones, el sujeto, de 31 años de edad, tenía que mantener el tatuaje limpio y cubierto, pues la piel es más susceptible a adquirir una infección.

Lejos de obedecer prefirió irse a nadar al mar.

Una semana después de hacerse la imagen en la piel, el hombre acudió a un hospital en Dallas con  fiebre, escalofríos y enrojecimiento.

“En pocas horas, las cosas habían progresado bastante rápido”, dijo el doctor Nicholas Hendren, residente de medicina interna en la Universidad Del Texas, según un reporte de CNN.

“Ya estaba en las primeras etapas del shock séptico, y sus riñones ya habían tenido alguna lesión”, continuó Hendren.

Tras realizarle estudios, los médicos detectaron una bacteria que se encuentra en el agua costera.

El hombre padecía también una enfermedad hepática y, aunque los doctores hicieron todo lo posible, ya no pudieron salvarle la vida. El shock séptico lo mató.

 

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