La familia del periodista Armando González Treviño fallecido por negligencia médica comenzó una lucha legal contra el Instituto Mexicano del Seguro Social.
De tal suerte, seis doctores, dos enfermeros y personal del IMSS, Hospital General de zona número 13 “Norberto Treviño Zapata”, fueron acusados penalmente en la Unidad 3 de la Agencia del Ministerio Público por homicidio, delito de responsabilidad médica, técnica y administrativa, en agravio del columnista del periódico Contacto.
En representación de las victimas, Raúl Gómez Rodríguez y Roberto Gómez Saldaña, fijaron la postura de la viuda María Esther N y de su hija Mercedes que quieren llegar a fondo dentro de la carpeta de investigación es la 550/17/Unidad 3.
Los acusados de la muerte del periodista son: Juan Daniel Tovar (exdirector del IMSS, recientemente cesado), así como, Alejandro Mancilla Hermosillo, Gabriel Pérez, Carlos Arellano, otro médico al que solo se les conoce como Villaseñor y Rossi, al enfermero Antonio Puente y a su compañera Patricia Reyes Hernández.
Todos estos trabajadores del seguro social actuaron con indolencia luego de que Armando González Treviño fue chocado en su camioneta en la avenida Pedro Cárdenas y Longoria, por otra persona no identificada que conducía un automóvil Oldsmovil rojo que abandonó, para fugarse a pie.
Una ambulancia, trasladó al periodista al Seguro Social para ser atendido de las contusiones en el cuerpo y dolor de cabeza, así que los médicos dijeron a María Esther N, cuando arribó a la sala de urgencias, que solo eran contusiones y le estaban suministrando analgésicos.
Seis horas después de su ingreso, el periodista que fue atendido en una camilla en uno de los pasillos vestido con su ropa, pues solo le quitaron los zapatos, fue dado de alta por los médicos del IMSS, sin embargo las reporteras Delia Arellano y Nora Sandoval se opusieron, en virtud de que su compañero se dolía de un costado y tenía problemas para ponerse de pie.
Al periodista solamente se le tomó una placa de Rayos X de un costado, estuvo conversando con sus compañeros y a algunos les dijo, que no descartaba que se tratara de un atentado, así que en la noche, los médicos decidieron aplicarle una cirugía porque tenían un vaso roto:
“Le haremos una laparotomía exploratoria”.
Cuando Mercedes, la hija del periodista preguntó a los médicos que se lo explicaran, solamente recibió como respuesta: “Le van a abrir la pancita porque tiene un sangrado interno”.
Tanto María Esther N como Mercedes su hija, fueron notificadas por el personal médico, que el periodista había salido muy bien de la operación, que estaría en terapia intensiva por espacio de cuatro a cinco horas, luego en terapia media y después lo pasarían a piso, a la cama 127.
No obstante al pasarlo a piso, el periodista comenzó a sentir falta de aire, no podía respirar, así que María Esther N, al pedirle ayuda a la enfermera recibió como respuesta: “ay, po’s que respire por la boca y ya”, así que la madrugada del 29 de mayo, dejó de respirar.






