En el Downtown de Brownsville hay una amenaza suelta, un hombre que camina entre las tiendas y parece inofensivo, pero que tan pronto tiene una mujer cerca, se muestra como un acosador nato que no duda incluso en seguirlas, intimidarlas y hasta mostrar sus fotografías al desnudo.

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La denuncia la hace una valiente fotógrafa mexicana, Arely Cortes, que espera su amarga experiencia sirva para que las autoridades actúen en contra del acosador que opera en la calle Elizabeth y sus alrededores.

«Once mujeres han sido acosadas por este mismo tipo, en su mayoría adolescentes, de las cuales tuvieron una charla similar a la mia, fueron perseguidas, intento tocarlas, mostró fotos de él desnudo, entre otras cosas mas».

 

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Se llama Sebastian Foncerrada, es músico y su familia tiene un pintoresco café al fondo de la calle Elizabeth, que se llama El hueso del fraile, y de donde el acosador parte en busca de victimas de sus bajos instintos, tal y como lo relata la fotógrafa mexicana  cuando recuerda lo que le ocurrió el pasado 21 de julio, cuando descansaba en una banca tras una tarde de compras.

«Vi a un tipo que me pasaba mucho por donde yo estaba y se me quedaba mirando… y se acerco con el pretexto hacerme la pregunta que horas eran, después me pregunto que si yo trabajaba en Bronwsville a lo cual yo le respondí, el no se iba. Por suerte estaba al lado mio una señora».

Ese fue el contacto inicial de Arely con el sujeto desperdigado, que en bermudas y cabello largo, siguió con su acoso:

«El tipo me dijo que vivía solo e incluso me invito a tomar un café en su casa, obviamente no accedí, después dijo que tenia un negocio de café y también me invito, tampoco accedí, después me dijo que pagaba 80 dolares por hacer limpieza en su casa solo por unas horas, lo cual ignore. También me pregunto que si tenia novio, a lo cual respondía y me dijo que quería intentarlo conmigo»

Ya fastidiada por las preguntas Arely se levanto de la banca  y lo dejo hablando solo.

«Agarre mis cosas y me retire, camino dos cuadras y vi un anuncio de personas desaparecidas y después aparece el tocándome el hombro y diciéndome que ya tenia mucho eso, o sea el tipo me estaba siguiendo y vi que en las manos tenia la llave de su coche».

Asustada, la fotógrafa se metió a una tienda en la calle Elizabeth e informo a la empleada del acoso que estaba sufriendo.

«No quise llamar a la policía para no meterme en problemas».

Tras hacer su denuncia pública el martes 24 en redes sociales, Arely recibió mensajes de otras 11 mujeres, jóvenes, algunas menores de edad, hispanas, que cuentan como de visita o compras en el centro de Browsnville han sido acosadas por Sebastian Foncerrada quien en algunos casos llega con el teléfono en la mano para pedir una dirección, pero lo que en realidad muestra son fotos de sus genitales.

«No solo en Matamoros esta peligroso, también en Brownsville, pude haber sufrido alguna violación sexual, física, secuestro e incluso la muerte».

 

 

 

 

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