Por La Pasajera
En ruta va la pesera de la KLH, esta recorre la ciudad de lado a lado, llevando y trayendo a pasajeros acalorados, víctimas de una canícula que se antoja eterna.
El chofer es un hombre joven que lleva la música a todo volumen, por eso a veces no escucha a la gente pedir la bajada y esta se molesta y se baja gritándole hasta de lo que se va a morir, pero a el le vale y hasta le causa gracia. Tan acostumbrado a las mentadas.
En la parada de peseras de plaza fiesta aborda el camión de las líneas verdes un hombre de algunos 35 años, llevaba una Biblia con el, se quedó de pie en el centro del micro y empezó a hablar de la palabra de Dios, al chofer no le quedó otra opción que apagar la música para que el hombre comenzará con su perorata.
«Hermanos los invito a abrir las puertas de su corazón a nuestro dios padre, el sólo está esperando a que tu lo recibas en tu corazón, háblale, invitalo a pasar, y veras como verás la vida de diferente manera, si dios contigo quien contra ti?»
El hombre gritaba, parecía poseído, por poco y se le ponen los ojos en blanco, algunas personas lo escuchaban, otras trataban de ignorarlo, pero la mayoría lo miraba asombrada por la forma en la que hacía ademanes levantando el libro bíblico hacia el cielo, como si fuera el trofeo de la copa mundial de fútbol.
«Hermanos es tiempo de elegir el camino correcto, nunca es tarde para cambiar, yo fui un drogadicto y estuve en el penal, pero un día pensé que era tiempo de cambiar y gracias a mi padre lo logre hermanos»
El sermón fue largo, y como no se sólo de fe vive el hombre, al final pidió cooperación voluntaria, algunos le dieron y otros simplemente lo ignoraron.
Unos minutos después, pidió la bajada y dio las gracias al chofer a quien por cierto nunca pidió autorización para subir a ‘trabajar’, el hombre apenas bajo y el chofer volvió a prender el radio a todo volumen y siguió su camino al ritmo de «Ando bien pedo, bien loco, cantandole al recuerdo mis penas», ya Dios se había bajado del micro.de la película rápido y furioso.
