Por Valentin Calle Melo

Amortajados y en carroza salieron de Matamoros Oscar Martinez y su hija Valeria que el domingo llegaron cargados de sueños, que las traicioneras aguas del Río Bravo se encargaron de terminar.

Fue a mediodía del jueves cuando la carroza café abandono  el laboratorio de la Avenida Canales para salir con rumbo a Monterrey de donde partiría el avión que los regreso a su Salvador natal.

En ese mismo vuelo, Tania Vanesa Acosa, la joven viuda, de 23 años, regresa a su nación, de donde salió esperando encontrar mejor vida con Valeria de 23 meses procreada con su esposo Oscar, trabajador de una pizzeria en San Martin.

La familia no presintió su cruel destino cuando Oscar se metió con Valeria al caudalosa corriente que los iba a arrastrar.

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