El caso de Rodrigo, un bebé con diez días de vida que nació sin ojos, nariz y parte del cráneo, ha generado un escándalo por negligencia en Portugal al saberse que el obstetra que siguió el embarazo -y que no detectó las malformaciones- ejercía pese a tener cuatro procesos disciplinarios abiertos.
El caso del «bebé sin rostro», como lo bautiza la prensa, se ha conocido este jueves y ya está siendo investigado por la Fiscalía lusa, que ha indicado a Efe que interviene a raíz «de una denuncia presentada por la madre».
Asegura la familia que llevaron entonces dicho informe al obstetra, quien lo desvalorizó y les garantizó que no había ningún problema.
Pero la realidad fue muy diferente cuando nació Rodrigo el pasado 7 de octubre en el Hospital de São Bernardo, ubicado en la localidad de Setúbal, al sur de Lisboa, donde se constató que el bebé no tenía ojos ni nariz, y que además le faltaba parte del cráneo.
Los médicos dieron entonces un pronóstico de pocas horas de vida al pequeño, ya superadas, y ahora, en medio de las acciones legales, el caso ha escalado a escándalo después de que se haya sabido que el médico ya estaba siendo cuestionado.
El especialista tiene cuatro procesos disciplinarios abiertos en el Colegio de Médicos, dijeron a Efe fuentes de dicha institución, que rehusaron dar más detalles sobre la naturaleza de dichos procesos.
No obstante, el presidente del Colegio de Médicos, Miguel Guimarães, sí ha querido expresar públicamente su «solidaridad» con la familia del bebé y también dejar claro que «ante la gravedad de los hechos relatados» ha pedido aclaraciones al responsable del consejo disciplinario pertinente.
«Reitero el fuerte apelo que ya he realizado en otras ocasiones» al consejo disciplinario, agrega Guimarães en un comunicado, «en el sentido de poder contar con una acción rápida, eficaz y justa en los casos analizados, que dignifique la profesión médica y que proteja a los pacientes».
Con información de excelsior





