Acusa deudo. La familia del agresor vivía en el mismo domicilio, pidió que los enterraran juntos.

Además del asesinato de su hija Jaqueline y sus nietas Brenda, de tres años, y Sofía, de un año, a manos de su propio yerno, Gaudencio Alva, carga con la herida de saber que durante el ataque, ellas gritaron y pidieron auxilio, pero nadie las ayudó, a pesar que el triple asesinato ocurrió en el inmueble que habitan varios familiares del victimario, quien tras el homicidio se suicidó.

“La señora de la tienda me informa que en la noche, como a las 10 de la noche, ella subió a darle de comer a su perrito en la azotea, su casa es de tres pisos y dónde vivía Pedro, la ex pareja de mi hija y su familia, es de dos niveles.

‘Yo escuchaba los gritos,  pensé que se estaban peleando ahí’”, narró el familiar de las víctimas. “Y si la vecina escuchó, también escucharon los padres del asesino, sus hermanos, porque ahí viven, tienen una panadería y ahí están las 24 horas. Pero al Ministerio Público le dijeron que nadie vivía más, solo Pedro, pero es falso”, comentó Gaudencio Alva.

La relación entre Jacqueline, de 19 años de edad, y Pedro Hernández, de 32, fue de cuatro años y habitaron una vivienda en el inmueble de la familia de él.

Al principio se llevaban bien, pero que él empezó a celarla, a acosarla y sobre todo a maltratarla.  “No le daba dinero para los gastos de la casa, le prohibía la comunicación con nosotros (sus padres), no la dejaba salir a la calle”, explicó. El 9 de octubre Jaqueline acudió al ayuntamiento de Naucalpan, Estado de México, para informar que el 30 de septiembre había abandonado el domicilio conyugal por “incompatibilidad de caracteres y que se llevaba a sus hijas».

“Ella me dijo que haría la denuncia, pero tenía miedo, porque él amenazaba con matarme”, dice Gaudencio, y por eso no comentaba la violencia que sufría. La pareja acordó entonces que los fines de semana él (Pedro) tendría a las niñas, pero el pasado domingo le dijo a Jaqueline que no le entregaría a las menores hasta que fuera por ellas a su casa; ella acudió a la avenida Pino 14, de la colonia San José Poza Honda en Naucalpan, pero ya no salieron con vida de ese lugar.

Vinculan a Óscar ‘N’ con seis asesinatos Dictaminan Ley de Desaparición Forzada de Edomex El lunes por la tarde Gaudencio recibió la llamada y se enteró que su ex yerno, además de cometer el triple homicidio, se había suicidado y había dejado una nota donde pedía que los velarán y los enterraran juntos, porque “amaba a su familia”.

Gaudencio acudió al Ministerio Público de Naucalpan a rendir su declaración y a recibir los cuerpos. Sin embargo, las autoridades no se los entregaron. “No me dieron ni un documento. Fui sin abogado y la familia de él llevó hasta tres licenciados, ellos tienen miedo y se protegieron. La casa no fue sellada como debería”, dice el padre de Jaqueline.

El fiscal del Estado de México, Alejandro Jaime Gómez Sánchez, informó que se seguirán haciendo los dictámenes periciales y que la principal línea de investigación es que el victimario envenenó a las niñas, que degolló a su esposa y después se suicidó con alguna máquina de corte.

Sin embargo, las tres actas de defunción firmadas por José Juárez y Lorena Rodríguez no coinciden,  pues señalan que las muertes de las niñas fue por asfixia por estrangulamiento y la de Sofía fue por asfixia por obturación de orificios respiratorios.

Colectivos como Los machos no matan en México a cargo de Sandra Soto exigen justicia y que no se cierre la carpeta, que se investigue los antecedentes de violencia de género para que el triple homicidio se clasifique como feminicidio…

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