Un año necesito la otrora activista Susana Prieto Terrazas para transitar de la coherencia a la decadencia.
Hace un año arribo a Matamoros, vestía traje sastre de 2 piezas en color blanco y una blusa de seda azul, maquilaje perfecto y su cabello rojizo.
Lucia bien, se notaba emocionada y feliz por el recibimiento que le dieron, cientos de obreros cansados de los sindicatos «chupasangre»
Ese día por vez primera tomo el zocalo de la Plaza Principal de nuestro Matamoros querido, la plaza Miguel Hidalgo.
En esa plaza, vivió sus mejores momentos, no olvidemos que viene de ciudad Juárez, donde jamás brillo ni brillara, como si lo hizo en Matamoros.
Su arribo no fue casual, la mencionada, tenia información privilegiada, respecto a las reformas laborales y encontró su «minita de oro» en los obreros de este lado de la zona norte. No pasaron muchos días para que la cara sonriente de la Susana, cambiara.
Día día fue subiendo el tono de sus discurso, a gritos e insultos en contra de los mismos obreros, impuso sus reglas, nadie más que ella tendría voz, los que lo contrariaban quedaban fuera de sus afectos, apestaban y tenían que retirarse.
A no pocos de los obreros, esa mujer fuerte, gritona, y grosera los cautivo.
Obvio los líderes sindicales y el empresariado la odiaron.
Los medios de comunicación, seguían los pasos de la Susana, que si una huelga, que si otra, que si ya llego la policía, que si hay golpeados que si la «huelga» de la Coca Cola existió o no existió, ese tema merece más espacio.
Al paso de los días y luego de tanta grosería los medios dejaron de cubrir los eventos del movimiento obrero.
La Susana insulto a comunicadores, fue demandada y abandonada.
Ya sin reflectores, la señora sufrió una metamorfosis, enloqueció, a travez de sus paginas de facebook, continua con sus transmisiones, donde el común denominador es el insulto, soez, grosero y sin sentido, lo mismo insulta al Presidente de la República, al Gobernador del Estado al Presidente Municipal a los Líderes Sindicales, a los y las periodistas.
Igual pasa de la risa al llanto, seca sus lagrimas y sus mocos. Se enoja y se contenta, se dice feliz muy feliz y su conducta denota dolor, y amargura.
Odia a todo lo que se manifieste contrario a sus deseos y desenfrenada grita y sigue gritando cosas, como !La plaza es mía!! !!Se van a morir!! !!Mueranse!!
Enfuria porque con todo y sus gritos e incoherencias no consigue que los medios de comunicación, la sigan en su locura y le brinden espacios.
Y eso, es lo que más resiente la señora, no sabe, no puede, no quiere vivir sin la atención pública.
Con la pena, pero su decadencia sigue a pasos acelerados,.
Esta historia continuará…
		


