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Luego de que las recientes encuestas la posicionarán en el último lugar de las preferencias de la militancia priísta, Mónica González García recibió este fin de semana el respaldo de la jerarquía tricolor que contra reloj urge ponerla en el gusto de la población y hacerla candidata presentable el próximo año.

De tal suerte lo que en un principio era una comilona más sin importancia con el representante territorial y ajonjolí de todos los moles, Homero de la Garza Tamez, se convirtió en una ceremonia de debutantes para que como adolescente primeriza, Mónica González fuera presentada como la próxima candidata del PRI a la diputación federal por el IV Distrito.

El chambelan otoñal no fue otro que Rafael González Benavides, el dirigente estatal del PRI quien ante la estructura partidista, funcionarios estatales y los colados Jesús de la Garza Díaz del Guante -con su look de Santa Claus- y Raúl González García -hermano de la quinceañera política- hizo la presentación en sociedad de la aspirante, cuyo arraigo en la localidad tan se limita a los empresarios que ni la militancia la conoce.

«Vamos todos con la amiga Mónica porque Mónica es el proyecto y les pido que la apoyen», dijo Rafael González cuyo tono amable no pudo disimular la orden.

El tono imperativo del discurso hizo que varios torcieran la boca, empezando con el delegado del ITAVU, Daniel Sampayo quien sueña con ser candidato, y provocó que hasta el peinado de queso de bola se le cayera a la encargada de gestoria, Sofía Barrera Iracheta quien recio y quedito ha criticado el favoritismo hacia la funcionaria estatal.

En la bola estaba también Mario Zolezzi García, el frutero Homar Zamorano Ayala, la regidora Nena González, el millonario Mario Tapia, el jefe de Salud, Gerardo García Salinas, la ex candidata Yanin García, y Abelardo Martínez Escamilla que ese sábado no trabajo como asesor de los contras, a sueldo de Luis Biasi.

El gran ausente del encuentro fue el ex alcalde Erick Silva Santos quien sabedor de que nadie lo quiere por el gran saqueo que hizo en la Alcaldía de Matamoros al grado que su sucesor Alfonso Sánchez lo denunció ante la Contraloría Estatal, se ha dedicado a hacer una campaña solitaria, a la que no se suman ni las moscas, en cafeterías donde se reúne con su bola de lambiscones que lo regodean en sus delirios de grandeza y le hacen ver posible su regreso político.

Para la foto no podía falta la sonrisa de Tomás Marín quien privilegia darle pensión y despensa federal a sus familiares, y los cachetes colorados del líder Víctor García Fuentes y su Presidentito Efraín Hernández Hernández quienes van juntos en la encomienda imposible de convertir a la debutante Mónica González García en una candidata viable capaz de sacar al PRI de su mala racha.

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