EL MUNDO.-Parecía una tímida abuela refugiada en su casa de la calle Dimitrovka, pero entre esas cuatro paredes mató a al menos una decena de personas, cortó sus cuerpos en trozos y, según sospecha la policía, se comió las partes que más le gustaron.

A Tamara Samsonova, aparentemente una anciana inofensiva de 68 años. Se la acusa de matar a al menos diez personas en un periodo de dos décadas. Fuentes del comité de Investigación de Rusia han indicado que los pulmones de los cuerpos que han encontrado habían sido extraídos. La policía ha dicho al diario ‘Daily Mail’ que «no excluye» que se trate de una abuela caníbal.

La noticia ha sobrecogido a la ciudad de San Petersburgo, donde la prensa ha etiquetado la historia como ‘Pesadilla en la calle Dimitrovka’. La mujer fue detenida hace unos días tras haber sido grabada por las cámaras de seguridad que hay junto a su casa transportando lo que parece ser el cuerpo de su última víctima en una bolsa de plástico. Se trata de Valentina Ulanova, de 79 años, a quien ella cuidaba.

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