EL PAÍS.- Cuesta creer que la revista Playboy vaya a tener hoy el mismo impacto que sus números más vendidos, aquellos que llevaron en portada a los mitos sexuales de los sesenta, ochenta y noventa. Sea ese el objetivo de sus dueños o no, esta semana han anunciado que tras un año sin publicar desnudos la revista recupera su esencia, o mejor
dicho, a famosas y modelos desnudas en sus páginas. La desnudez integral era la principal seña de identidad de la publicación, y, sin embargo, decidieron renunciar a ella. Lo hicieron porque entendían que no se correspondía con la forma en que los jóvenes consumen la imagen de las celebridades en las redes sociales, y precisamente ese ha sido el mismo motivo para rectificar. Facebook e Instagram prohíben los desnudos y Playboy se ajustó a esa política para tener presencia en dichas redes sociales, pero después han comprobado que fue un error, porque al público no le basta con los traseros que insinúan Kim Kardashian o Nicki Minaj en sus perfiles. Sigue teniendo las mismas necesidades que cuando nació la revista hace 63 años, por ejemplo disfrutar de pechos al aire que solo pueden encontrar en un producto como Playboyy que en sus páginas mostraron superestrellas como Marilyn Monroe, Madonna, Bo Derek, Pamela Anderson o Kate Moss.
El hijo de 25 años del popular Hugh Hefner está ahora al mando de la revista. En una carta del director, Cooper Hefner ha definido la nueva filosofía. Una declaración de intenciones que pone de manifiesto mucho más que la recuperación de los desnudos. Presenta a la publicación como un referente “revolucionario a la hora de abordar el sexo” gracias a sus “retratos sin tapujos de la desnudez”. De hecho, señala que el verdadero atractivo del producto no son sus desnudos sino su condición de “agitador cultural”, una marca con “la tradición de defender tenazmente las libertades civiles y la libertad de expresión”. Y advierte que “nuestras duras victorias están en peligro”, en clara referencia a la victoria de Donald Trump, llamando a contrarrestar el ascenso del conservadurismo.
Según el director de Playboy, las redes sociales encarnarían ese puritanismo y su revista la libertad. Palabras que se contradicen con la decisión que tomaron hace un año, aunque Hefner reconoce que fue un error. “Quitar los desnudos del todo fue una equivocación, la desnudez nunca fue un problema porque no es un problema, y ahora recuperamos nuestra identidad”, explicó esta semana. Los números evidentemente también han influido. Cuando retiraron los desnudos experimentaron un crecimiento de lectores de un 28%, pero el número de suscripciones no ha parado de caer.





