PROCESO.-Incluso desde prisión, los tentáculos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, alcanzaban a jueces, magistrados y políticos por conducto de un grupo de abogados que religiosamente lo visitaba en el penal de máxima seguridad El Altiplano, de donde el narcotraficante se fugó la noche del pasado 11 de julio.
El expediente de la causa penal 48/2015 –copia del cual tiene Proceso y que contiene la averiguación previa de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre la fuga–, muestra que ‘El Chapo’ nunca fue “neutralizado” tras su captura y encarcelamiento en febrero de 2014.
Durante el año y cuatro meses que estuvo encarcelado, el capo convirtió El Altiplano en su oficina alterna, ante la vista de los agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), de policías federales y custodios que lo vigilaban, y a despecho de las cámaras de seguridad instaladas en su celda, en los locutorios, el área de visita familiar y la de visita íntima.





