MARCA.- Argentina se clasificó para la final de la Copa América Centenario. El artífice para que la albiceleste pelee por el título es un marciano llamado Messi. Un anfitrión demasiado temeroso no pudo detener el vendaval de La Pulga, que asistió a Lavezzi y marcó un golazo de falta. Higuaín puso la puntilla para que los argentinos jueguen su tercera final en dos años, tras la de Copa América del año pasado y la del Mundial en 2014.

Ecopa-america-2016-2223859h540stados Unidos no fue rival para Argentina. Es verdad que los yanquis contaban con tres bajas importantes -Wood, Bedoya y Jones-, pero Klinsmann se equivocó con su plan. Si la idea era frenar a Messi a los tres minutos se vio que no funcionó. Lavezzi sacó un córner con rapidez, se la dio a Messi que estaba completamente solo. La defensa tardó en salir un segundo, lo suficiente para que Leo dibujase un pase picado de escuadra y cartabón para que Lavezzi, que se había infiltrado en la zaga estadounidense, rematase de cabeza y superase por arriba a Guzan.

El partido se acabó ahí. Porque Argentina sólo necesitó del balón y que Banega se asociase con Messi escondiendo siempre el esférico. Estados Unidos estuvo impreciso. Bradley estuvo perdido al igual que un Dempsey que pasó por el partido totalmente desapercibido. Sin la aparición de sus dos mejores hombres, las opciones estadounidenses de remontar se hicieron imposibles. La albiceleste se paseó porque su rival no le buscó y porque Messi tampoco le dejó. A la media hora ocurrió una auténtica maravilla. Digna para incluir en una galería de cómo lanzar un libre directo. El guante de Leo acarició una pelota que tan rápido como subió volvió a bajar para acabar en la jaula. No hubo mejor manera posible para superar a Batistuta como máximo goleador de Argentina con 55 goles.

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