La renuncia del ex dirigente de la CNOP, Roberto López Castro a su militancia dentro del Partido Revolucionario Institucional es solo un ejemplo más de la descomposición que impera en su interior, y que la militancia atribuye al débil liderazgo de Víctor Manuel García Fuentes y la perversidad de su nuevo consejero: Efraín Hernández Hernández.
Y es que recién desempacado de la maestría de Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política que realizó en la Universidad Camilo José Cela, el joven político fue incorporado a la directiva tricolor, en la cartera de comunicación política y estrategia donde se ha dedicado a mal asesorar a un Víctor García y enfrentarlo con el resto del Comité Ejecutivo Municipal.
Tan fuerte es la influencia de Efraín Hernández, que en la última conferencia de prensa que se realizó en el edificio de la 15 y Diagonal, cuando se esperaba que Víctor García se pronunciará en contra de la promoción nacional y estatal que se ha dado a la figura de la alcaldesa panista Leticia Salazar Vázquez a propósito de su portada en la revista Alcaldes, propios y extraños se sorprendieron cuando el dirigente priísta pasó de largo las preguntas en ese tema y aseguró que su interés estaba fijo en el proceso electoral del 2015.
Este comportamiento de Víctor García contrastaba notablemente cuando en las últimas apariciones le echaba la culpa a su enemiga política, Leticia Salazar Vázquez, hasta del mal clima.
Lo que pocos vieron en la conferencia de prensa, es que detrás de los reporteros y fotógrafos, cual ventrílocuo experto el estratega Efraín marcaba la línea para que Víctor García abordará o desechara los temas, circunstancia que le ha valido para que en la sede partidista se le empiece a nombrar como «el presidentito».
La ascendencia de Efraín Hernández mostrada en la conferencia, siguió de manifiesto al grado que el otro equipo cercano a Víctor García Fuentes ha terminado por repudiarlo y figuras como Anto Tovar, Aristóteles Cerda y Yanin García, han puesto sus renuncias sobre el escritorio de Víctor García, en esta época de sequía en la que el Partido Revolucionario Institucional requiere de sumar y no de restar.
De continuar los pleitos y desgreñes al interior del tricolor no es difícil adivinar que se encaminan a una nueva derrota electoral.
		




