El Papa Francisco impartió la bendición Urbi et Orbi  desde el balcón de la Logia central de la Basílica de San Pedro donde  expresó en su mensaje de Navidad que la guerra es “un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas “.

“Decir “sí” al Príncipe de la paz significa decir “no” a la guerra, y esto con valentía, a toda guerra, a la misma lógica de la guerra, un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas”. Añadió que para decir no a la guerra, se tienen que acabar  la producción de las armas

«Pero para decir “no” a la guerra es necesario decir “no” a las armas. Porque si el hombre, cuyo corazón es inestable y está herido, encuentra instrumentos de muerte entre sus manos, antes o después los usará. ¿Y cómo se puede hablar de paz si la producción, la venta y el comercio de armas aumentan?“.

“Hoy, como en el tiempo de Herodes, las intrigas del mal, que se oponen a la luz divina, se mueven a la sombra de la hipocresía y del ocultamiento. ¡Cuántas masacres debidas a las armas ocurren en un silencio ensordecedor, a escondidas de todos! La gente, que no quiere armas sino pan, que le cuesta seguir adelante y pide paz, ignora cuántos fondos públicos se destinan a los armamentos. ¡Y, sin embargo, deberían saberlo! Que se hable sobre esto, que se escriba sobre esto, para que se conozcan los intereses y los beneficios que mueven los hilos de las guerras”.

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