En campamento de migrantes del Puente Nuevo Internacional ubicados en la zona del bordo del Río Bravo; quienes preparan sus alimentos con leña, han encontrado una nueva manera de subsistir, abriendo sus puestos de comida típica de sus países de origen.

En un recorrido por el bordo del Río Bravo, encontramos algunas personas degustando un comida que con solo verla se antojaba, por lo que preguntamos dónde la habían comprado y ya nos indicaron a donde dirigirnos.

Llegamos a la humilde vivienda de quien llamaremos “Melissa” (para proteger identidad) de origen hondureño; donde preparan unos deliciosos tacos hondureños, son dos tacos grandes dorados, rellenos de carne de pollo, decorados con una riquísima ensalada de repollo morado, sazonado con un poco de vinagre y limon, aderezado con mayonesa y decorado con un pico de gallo.

Además de tacos, venden lo que llaman “enchiladas hondureñas” que son dos tortillas grandes tostadas, con los mismos ingredientes que los tacos, pero están llevan un guiso de carne molida; por otra parte ofrecen a sus clientes chuletas de cerdo acompañadas de ensalada y salsa.

En el campamento de migrantes no trabaja el que no quiere, pues las mujeres llevan la delantera al poner a la venta comidas a los mismos migrantes o visitantes al campamento del bordo del Río Bravo. Bien por los hondureños que son muy trabajadores hombres y mujeres, hay excepciones claro, pero han demostrado que aquí o en cualquier lugar que vayan encuentran una oportunidad para ponerse a trabajar y obtener un ingreso económico para su familia que traen y para los que dejaron en Honduras.

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