Por la pasajera

El ritmo de cumbia es característico en los camiones anaranjados esos que van desde ciudad industrial hasta el parque industrial, que con su escandalera guapachosa cruza medio Matamoros.

la foto (1)Este tipo de vehículo es conocido por transportar obreros a sus distintas fábricas, hoy no es la excepción.

La tarde está nublada y empiezan los chubascos, los pasajeros se ven preocupados porque los puede agarrar la lluvia, pero se les olvida cuando comienza otra buena rola, la mayoría mueve sus pies al ritmo de la música.

Justo en la colonia Independencia se sube un hombre de algunos 30 años con un estilo locochon: pantalones a media nalga, playera sin mangas y un sinfín de tatuajes, como si fuera pizarrón, tantos que casi ya no se notaba el color de su piel en los brazos bien marcados en los que se fijó La pasajera y otras mujeres a bordo.

Mientras el tatuado tripulante se dirigía hacia la parte trasera del camión se encontraba con las caras de desagrado, no por su forma de vestir, sino que en cada paso que daba se respiraba un fuerte olor a marihuana, recién se las había tronado.

Sin recato el tatuado y ahora sabemos, mariguano pasajero, desfiló entre los demás, por demás contento con sus lentes obscuros y sus auriculares puestos.

En la parada de Soriana Plaza Fiesta el camión se llena, la mayoría de la gente sube mojada, antes de abordar, un payaso con el maquillaje corrido pide autorización al chofer de subir a trabajar.

Con una señal el conductor autoriza y apaga la música alegre que llevaba, el payaso empieza a conquistar a la gente con sus chistes y ocurrencias, al final el payaso agradece y dice

«Los que gusten cooperar con alguna moneda no importa la denominación sino la intención, muchas gracias y que dios los bendiga y les de más para que sigan cooperando»

Los pasajeros ríen y la mayoría de ellos cooperan, los demás sólo lo ignoran cuando pasa por su asiento, más adelante el payaso pide la bajada, agradece al chofer y baja satisfecho del ya mencionado camión color naranja. Bajo el influjo de la mariguana, como era de esperarse, el tatuado fue el que más se carcajeo.

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