1228Una investigación publicada este lunes por el periódico  La Jornada, exhibe las relaciones peligrosas de Carlos CantuRosas Villlarreal, alcalde de Nuevo Laredo, con grupos del crimen organizado, que de acuerdo a fuentes fidedignas, financiaron la campaña política que lo llevo al poder en ese municipio fronterizo.

A continuación, el texto publicado por el periodico capitalino, que revela los nexos del político, uno de los tres aspirantes del PAN, al Gobierno de Tamaulipas:

La tranquilidad que vivió Nuevo Laredo durante año y medio se vio interrumpida por dos enfrentamientos entre militares y civiles armados, con saldo de nueve muertos (ochos pistoleros y un soldado), así como el rescate de una mujer secuestrada.

Fuerzas federales y estatales reforzaron la seguridad en esa ciudad fronteriza, donde opera el cártel deLos Zetas. El alcalde, el panista Carlos Canturosas Villarreal, se limitó a informar a los ciudadanos lo sucedido y anunció el arribo de 150 agentes federales para restablecer la seguridad.

De acuerdo con información confidencial obtenida en Estados Unidos, existe una investigación sobre una presunta red de corrupción ligada a Los Zetas, grupo delictivo que habría financiado la campaña de Canturosas Villarreal, cuya gestión concluye en septiembre próximo.

Según la indagatoria, en esa red participarían César Eduardo García Martínez, El Pollo, un ex policía ministerial que fue operador financiero del capo Osiel Cárdenas Guilén, y testigo protegido de la agencia antidrogas de Estados Unidos en varios casos, entre ellos el del ex gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington.

Otros involucrados serían Canturosas Villarreal, su medio hermano Rodolfo Cantú García, el ex alcalde de Reynosa Óscar Luebbert Gutiérrez, y Alberto Aldama Galván, un funcionario en la pasada administración, entre otros.

Los reportes obtenidos señalan que desde el inicio de la gestión de Canturrosas, el primero de octubre de 2013, El Pollo y un sujeto apodado El Rorro fueron incluidos como proveedores de servicios para el ayuntamiento.

El reacomodo de criminales

Según fuentes oficiales, en Nuevo Laredo existen al menos 300 personas al servicio del crimen organizado, pero tras la detención o muerte de sus cabecillas, reiniciaron por su cuenta acciones delictivas, entre ellas robar, extorsionar y secuestrar.

La operación de estas células delictivas es lo que propició el reinicio, hace una semana, de acontecimientos violentos. Este mismo fenómeno también se produjo en Ciudad Victoria.

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