Para Verónica Salazar Vázquez tres veces no bastan y por eso el lunes ante la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional llevo el preregistro una diputación local que la llevará de nuevo a las boletas electorales, buscando conjurar la derrota que la persigue desde hace 17 años,

Fue en el 2002 la primera vez de Vero como candidata: si, fue antes antes del cáncer devastador y como fórmula de Jorge Almanza Armas, quien era abanderado del PAN a la alcaldía.

Los dos, Verónica y Jorge cayeron en las urnas ante la aplanadora priista que logró imponer incluso a un monigote como Mario Zolezzi García.

En el 2016, Verónica regreso a las boletas, como candidata del PAN a la alcaldía de #Matamoros en un proceso que perdió gente a Jesús de la Garza Diaz de Guante.

Incansable, Vero se mantuvo en la política y en el 2018 volvió a figurar esta vez como candidata a la diputación federal donde también salió derrotada en las urnas ante una casi desconocida para el electorado como Adriana Lozano.

A toda esa historia de tropiezos políticos se suma el registro de Verónica hoy como aspirante a la diputación por el distrito XII, en una precampaña a modo que la llevará a la candidatura y de regreso a las votaciones, donde está comprobada no una, ni dos, sino tres veces, que el carisma y don de gentes de la política no es suficiente.

Por si fuera poco, Verónica va en fórmula con una ex priista como María Fernanda Ceceñas, quien fue regidora del Ayuntamiento durante el trienio de Alfonso Sánchez Garza, de quien también fungía como nana de sus hijos Ponchito y Susana.

Los pronósticos no son halagüeños para la panista, considerando que no tiene el visto bueno del primer panista Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca, que no la ayudo en otras campañas y que es de esperarse la deje otra vez sola, sin recursos, abrazada, como ya es costumbre, a la derrota.

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