PROCESO.- La juez de garantía Hilda María Márquez Torre vinculó a proceso a Calep Josafath Acosta Loera, El Cobra; Gustavo Adolfo Dorantes Dorantes, Nayeli López Hernández y Omar Sánchez García, El Osiris, por su presunta responsabilidad en el homicidio de Edwin Manuel Juárez Palma, cuyo cuerpo fue encontrado el martes 1 en una bolsa de plástico abandonada a dos cuadras del Congreso local.

En la audiencia que duró alrededor de nueve horas y que concluyó anoche a las 21:00, los imputados decidieron declarar ante la presencia de sus abogados.

El defensor de oficio de Nayeli López y de Omar Sánchez es Fabián Rodolfo Sáenz, y Calep Josafath cuenta con un abogado particular.

De acuerdo con la causa penal 619-2016, el delito que se les imputa es homicidio calificado, por lo que alcanzarían hasta 40 años, en caso de comprobarse su culpabilidad

Márquez Torre determinó que los jóvenes tenían conciencia de la consecuencia de los hechos, según los testimonios que presentaron, por lo que dictó prisión preventiva como medida cautelar.

El MP presentó el peritaje forense, que determinó como causa de muerte el estrangulamiento, e indica que a la víctima también se le causaron heridas punzocortantes.

La representación social presentó además testimonios recopilados que vinculan a los imputados con rituales satánicos.

Además, los testimonios exhibieron a Edwin Juárez, El Piwa, como un joven con problemas de deudas y abuso de sustancias ilícitas, así como un hombre mujeriego.

También se reveló que sus verdaderos problemas empezaron cuando salió con una joven que le interesaba a Gustavo Dorantes, a quien infectó de una enfermedad de transmisión sexual, como a otras jóvenes que laboran o acuden a la Plaza de la Tecnología.

Sin embargo, los testimonios de los jóvenes se contradijeron en varios momentos, como el móvil del homicidio que la Policía Estatal Única dio a conocer, es decir, dijeron que no realizaban un rito satánico ni pertenecían a alguna secta.

Nayeli López y Omar Sánchez aseguraron que ellos no toman en serio esas cosas y tampoco pertenecen a alguna secta.

Primero habló Nayeli, quien dijo que ella no estaba cercana a los presuntos responsables y aseguró que cuando Edwin Juárez le dijo que ingresaría a una secta, ella sólo se rió porque no le creyó.

Cuando la joven llegó acompañada de una amiga al cibercafé de la calle Doblado, donde se cometió el crimen, supieron que estaban atacando a la víctima pero ella, su amiga y Omar Sánchez pasaron el tiempo jugando cartas y no escucharon nada extraño.

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