La barrera idiomática también ha sido un desafío importante, ya que nadie en la familia habla ruso, dificultando las gestiones para recuperar su dinero en un entorno donde pocos negocios proporcionan servicios en inglés. La familia, en un intento por adaptarse, ha expresado su descontento a través de plataformas de redes sociales y en videos que compartieron en su canal «Countryside Acres», el cual ha ganado cierta notoriedad.
La realidad rusa, al menos según los relatos de la familia Feenstra, dista mucho de la imagen idealizada que tenían. En un video eliminado posteriormente, Anneesa expresó su decepción con el país. «Estoy muy decepcionada con este país en este momento. Estoy lista para subirme a un avión y salir de aquí», afirmó.
Es importante señalar que, tras esta declaración, Arend publicó un video de disculpa, sugiriendo que su esposa se equivocó y que habían eliminado el video. Algunos comentaristas especulan que esta reacción podría deberse a la sensibilidad política en Rusia, donde las críticas no son tan bien recibidas como en países occidentales.
El futuro de la familia Feenstra en Rusia es incierto, con preocupaciones sobre la liberación de sus fondos y el riesgo de ser reconocidos como agentes extranjeros. Aunque sólo sea por el bien de sus hijos, esperemos que Arend sólo haya perdido su dinero.





