De mostrar pierna y celulitis en las campañas políticas de Carlos García González, quien la proyectaba como esposa trofeo para agenciarse votos, Ivette Bermea Vázquez ha recorrido un camino ascendente, donde se alzo como ajonjolí de todos lo moles para así conseguir llegar a la Rectoría de la U
niversidad Tecnológica de Matamoros.
Sin formación académica de por medio que justifique su participación en la UTM como catedrática y mucho menos como Rectora, la esposa del diputado Carlos García González recibió el nombramiento de manos del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien cede así a los caprichos del presidente de la junta de coordinación política del Congreso de Tamaulipas.
Obsesionado con el poder, Carlos García González, coloca a su esposa en la UTM para así ayudarse en sus propósitos de despachar algún día en la alcaldía de Matamoros.
En su deseo de ayudarlo, Ivette antes despacho como Secretaria de Educación en el trienio de la panista Leticia Salazar Vázquez, y con quien salió de la greña, al grado que la entonces alcaldesa ni siquiera le recibía las llamadas telefónicas. Llego a tener más voz una intendente que ella en la Presidencia.
Ya desterrada de la alcaldía, Ivette se refugio en el proyecto del Recinto Guadalupano, próximo a construirse en la carretera a a Reynosa, para ganar algunos reflectores y así seguir trabajando en el proyecto de su amado Chito.
Desde que Carlos asumió funciones en el Congreso empezó a decir recio y quedito que su esposa sería la nueva rectora de la Universidad Tecnológica de Matamoros algo que se confirma la tarde de este jueves para sorpresa de la comunidad académica que la casa de estudios, que no le reconoce más enseñanza que la enseñanza del calzón que hacia en lo spots de su marido.





