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EN 1993, EL VATICANO lanzó una bomba noticiosa.
RECONOCIÓ que «la industria turística» de crear santos ya era insoportable. Era un asunto de números, eran muchos santos y poco el dinero que llegaba, por concepto de limosnas, a La Santa Sede. Así que primero, en 1980, amonestó a sacerdotes y obispos: tenían que moderarse, o se atenían a las consecuencias. Y como no hubo respuesta favorable, llegó la tijera papal.
Se depuró la lista de los milagrosos, más o menos como hacen los partidos políticos con los miembros que son indeseables, o inventados.
LOS CONTRALORES de los milagros encontró que un buen número, que no fue cuantificado, carecía de algún registro histórico, es decir, ponía en duda su existencia. La explicación se debe a que pasaron de generación en generación como un rumor, explicó en entrevista el vicario general de Chiapas, José Luis Aguilera.
San Cristóbal y San Jorge formaron parte del grupo depurado AVE MARÍA PURÍSIMA, gritaron en todo el mundo, ¿cómo que SAN JORGE? Total, la cantidad quedó en dos mil 500, entre hombres y mujeres. México enumeró 30 santos, de los cuales, 25 son mártires, es decir, derramaron sangre en la época cristera y murieron con el grito ¡Viva Cristo rey!, de acuerdo con el credo.
El resto son hombres y mujeres alejados de dicha época pero que han trascendido en la fe cristiana y en la vida de los mexicanos, tales como San Felipe y Santa María de Jesús.
Para el Centro, Norte y Sur del país se encontró una diferencia más, en cada zona los fieles católicos tiene un santo a quien le piden favores. Pero los santos más populares son: San Judas Tadeo, San Martin de Porres y por sus escritos San Francisco de Asís.
Mención aparte merecen el Cristo Negro de Zacatecas, El Niño Juditas, Pancho Villa, JESÚS MALVERDE (santo de los narcos), Santa Babiana en Oaxaca, La Santa Muerte. Estos milagrosos siguen adorándose y representan turismo, curaciones y mucho dinero en estampas, veladoras, vestimenta, viajes, perfumes.
Y aunque la Virgen de Guadalupe tiene presencia en todo México, la devoción por «los santos antes citados» es considerablemente alta, debido a los milagros relacionados a la salud y dinero que se le han adjudicado, reconocen los especialistas.
Algunos ecologistas tienen afinidad por San Francisco de Asís, LOS PERIODISTAS por San Francisco de Sales, para el agricultor su santo patrono es San Isidro Labrador; todos buscan uno con suerte que les dé dinero o milagros.
LOS VATICANÓLOGOS explican que de acuerdo con su credo, los santos se buscan para cumplir tres objetivos: amarlos, rendirles culto e imitarlos, así como seguir el buen camino que ellos llevaron.
Eso explica el por qué entre el pueblo surgen personajes que a decir de sus devotos dan suerte. La Santa Muerte o Malverde, ambos no reconocidos por la Iglesia, son entidades que ofrecen sanación física y protección, principalmente.
EN TODO EL PAÍS aumenta cada vez más la veneración a la Santa Muerte, sin embargo, para que un hombre o mujer sea santo o santa, Roma tiene que estudiar su vida y obra.
Con todo respeto, me atrevo a decir, tener un santo en un pueblo, es como tener un auto, el permiso para cruzar la frontera, reconocimiento del título, impuestos a pagar, emplacamiento y licencia para conducirlo, todo pasa por ROMA.
TAMAULIPAS no escapa a este fenómeno.
En la reciente visita y rendición de cuentas que hicieron los obispos mexicanos al Papa Francisco, tuvieron que admitir que con La Santa Muerte se debe redoblar el esfuerzo porque su adoración crece exponencialmente.
Nada más en Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Coahuila y San Luis Potosí, hay una industria que genera más de 300 mil empleos en la adoración a La Huesuda.

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