La judoca mexicana Prisca Awiti hizo valer su cartel de favorita en su debut en el tatami de los Juegos Olímpicos de París, al dar cuenta de su rival en un combate que duró solo 35 segundos y clasificarse a octavos de final.
La atleta Nigara Shaheen, que compite por el equipo de refugiados pero es originaria de Afganistán, fue la primera rival con la que se enfrentó la judoca mexicana, de padre keniata y nacida en el Reino Unido, aunque criada en Guanajuato.
Con rápidos movimientos, Awiti logró imponer su mayor fuerza sobre Shaheen, quien intentó defenderse durante los primeros instantes, pero no tardó ni 15 segundos en visitar el tatami del Campo de Marte.
Una vez en el suelo, la judoca nacional aplicó una dolorosa llave de luxación, lo que provocó que la competidora afgana simplemente pidiera que se parara el combate, dándole el triunfo a la mexicana por sumisión.




