SIN EMBARGO.- Los cuerpos de Mireya “N” y su pequeño hijo Edwin “N”, quien padecía una grave enfermedad, fueron hallados por un par de campesinos en unos maizales de la comunidad de La Cruz, en Chihuahua.
De acuerdo con reportes policíacos, el pequeño de cuatro meses fue diagnosticado con Kernicteru, una complicación neurológica grave con un índice de mortandad de dos de cada tres bebés, lo que habría causado que la madre de 34 años decidiera matarlo para que no sufriera más.
Luego de dejar Yepachi, su pueblo natal, para ser trasladados el 09 de julio pasado al Centro de Salud de Ciudad Cuauhtémoc, donde recibirían una mejor atención, fueron reportados como desaparecidos.
Dos campesinos que caminaban cerca de unos maizales observaron un par de cuerpos que permanecían en el piso. Decidieron dar aviso a las autoridades, por lo que algunos minutos después los elementos arribaron.






