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ESCRIBIÓ el admirado periodista MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA que el primer crimen de Estado, vinculado con el narco, fue la ejecución de Don Manuel Buendía, asesinado la tarde del 30 de mayo de 1983, en la céntrica Insurgentes del D.F. Y de «ai pa,l real» el país se descompuso, se le fue de las manos a la dictadura priista, casi perfecta.  Desde entonces, hemos visto de todo. Y Tamaulipas no ha escapado a esa vorágine de sangre, traición y disputas por el poder.
Con horror, en el sexenio de CARLOS SALINAS DE Gortari, vimos caer fulminado a José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del CEN del PRI, padre de la actual secretaria de Turismo. LUEGO el huracán terrible arrastró al entonces diputado federal Manuel Muñoz Rocha, considerado uno de los autores intelectuales de la muerte de Ruíz Massieu. Hoy, luego de 20 años de buscar (¿de veras lo han buscado?) a MUÑOZ ROCHA, compadre del alma de RAÚL SALINAS de Gortari, y con el que hizo planes para gobernar Tamaulipas, la Procuraduría General de la República informa que el tamaulipeco ya no es buscado por ninguna autoridad nacional y avisa a Interpol su inexistencia. ¿Y si MANUEL aparece qué? ya preguntan los dudosos. EL CLAVO MAYOR de priistas matándose fue COLOSIO. Y en Tamaulipas, el extrañado RODOLFO CANTÚ.
De cualquier modo, siguen en prisión el origanario de San Carlos DANIEL Aguilar Treviño –autor material del homicidio– y Carlos Ángel Cantú Narváez –identificado como cómplice– , con sentencias de 50 y 37 años, respectivamente.
Aguilar Treviño, un hombre enigmático que siempre negó ser un asesino, un  hombre que cualquier director de cine se pelearía para llevar su vida a la pantalla, ha pasado seis años en diferentes prisiones del Distrito Federal y hoy se encuentra en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 Altiplano, en Almoloya de Juárez.
Cantú Narváez desde 2000 paga su condena en la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla. La historia oficial señala que el cuñado de CARLOS SALINAS, José Francisco Ruiz Massieu, se había reunido con los diputados electos del PRI en el hotel Casa Blanca, en José María La Fragua, colonia Tabacalera, a un costado del Monumento a la Revolución.
Terminó la reunión pasadas las 9 de la mañana y cuando abordó su vehículo, el sancarlense Aguilar Treviño le disparó en el cuello; cinco escoltas cuidaban a RUIZ MASSIEU, y extrañamente no ubicaron ni lograron salvarle la vida ante el ataque de un solo atacante. El atacante trató de huir, pero fue detenido metros adelante, casi en la esquina de Paseo de la Reforma. Aguilar Treviño tenía 28 años, era un joven tímido, cuidaba vacas, sembraba y nunca había ido más lejos de Victoria. A las opinión pública se informó que MANUEL MUÑOZ ROCHA le habían pagado 50 mil pesos. Luego fue detenido Cantú Narváez quien no se encontraba en el lugar del atentado, de él no se dijo cuánto dinero recibió.
CUANDO SALINAS ya no fue presidente, la Procuraduría General de la República (PGR) consideró que Raúl Salinas de Gortari –el hermano incómodo– fue el autor intelectual, supuestamente ordenó el asesinato porque su trabajo legislativo afectaría su proyecto político porque impulsaría reformas con las que no estaba de acuerdo. Aguilar Treviño informó a la PGR que otro tamaulipeco estaba en la historia: Fernando Rodríguez Gonzalez, en ese entonces secretario técnico de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, e involucró al ex diputado federal Abraham Rubio Canales, viejo conocido en la política tamaulipeca en el sexenio de MARTÍNEZ MANAUTOU. Raúl Salinas fue encarcelado en 1995, acusado de ordenar el asesinato de Ruiz Massieu, y 10 años después fue absuelto. ¿Por qué? Nunca se supo.
En marzo de 2009, el primer tribunal unitario en materia penal con sede en la ciudad de México, decretó la prescripción del delito del homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, y con ello dejó sin efecto la orden de aprehensión contra el priísta Muñoz Rocha. Durante varios años surgieron versiones en círculos políticos y policiales que señalaban que Muñoz Rocha estaba vivo y radicaba en Estados Unidos. Raúl Salinas también fue investigado y exonerado por el homicidio. A 20 años del ataque las investigaciones están cerradas y ninguno de los autores intelectuales está preso.
Algo está podrido. Dos pobres están en la cárcel. Los autores intelectuales en libertad y con mucho dinero. Y un supuesto fantasma ya puede aparecer, a la hora que guste.

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