SINEMBARGO.-Este 1 de mayo contiene un ingrediente inusual: no sólo salen a marchar en la Ciudad de México los sindicatos de trabajadores y partidos políticos de costumbre, sino que confluirán los protagonistas de hechos que cimbraron al país durante los últimos meses: Ayotzinapa, Río Sonora y San Quintín.

“Este 1 de mayo tiene que marcar la diferencia. El movimiento de Ayotzinapa tuvo la humildad de ir a solicitar el apoyo a las demás fuerzas. El llamado es la unidad, a la fraternidad de los explotados, oprimidos y silenciados. De la gente que tiene familiares desaparecidos. El llamado es a no flaquear ni a claudicar”, dijo José Félix Rosas, uno de los voceros de los padres de los jóvenes desaparecidos de Tecoanapa, Guerrero.

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