EL PAÍS.- Desde hace varios días la presencia de una monja brasileña completamente ataviada con hábitos negros llama poderosamente la atención de los habitantes de Rivera, provocando extrañeza e incluso comentarios negativos hacia ella de parte de quienes no la conocen. Incluso llegó a ser detenida por la Policía, hecho que ocurrió en la intersección de las calles Treinta y Tres Orientales y Joaquín Suárez.

«Ya estoy acostumbrada a esto, no es raro que me lleven detenida, lo único que quiero es trabajar por los niños de Villa Sonia y ser parte de Rivera», relató la hermana Gabriela al diario «A Plateia» de Santa Ana do Livramento.

La hermana Gabriela, cuyo nombre real es Valdirene de Oliveira, «será notificada el próximo 8 de diciembre por el obispo de la Diócesis que su estilo de trabajo no se compadece con el plan pastoral que estamos ejecutando», dijo el párroco de Santo Domingo, René da Silva, en cuya jurisdicción la religiosa pretende instalar una escuela para atender a niños carenciados.

La hermana Gabriela tiene 36 años y se hospeda desde el 20 de noviembre en un pequeño hotel céntrico y diariamente deambula por Villa Sonia y otros barrios periféricos de la esta ciudad. Vende rosarios a 10 reales ($ 80): entre 15 y 20 por día.

La monja pertenece al «Instituto misionero de las hijas de la pasión del señor y de los dolores de la santísima virgen», organización religiosa fundada por la Sierva de Dios Madre María Margarita de Jesús Crucificado (María Virginia Lazzari, 1885-1961), en 1936 en la Basílica de la Sábana Santa de Turín (Italia).

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