Con apenas 19 años, y luego de su actuación en el Mundial, Olvera se perfila como uno de los favoritos para conseguir medalla olímpica en París 2024; los clavados es el deporte que más medallas le ha dado a México

Hace casi tres años, durante los Juegos Olímpicos de Tokio, todas las miradas de los medios mexicanos en el trampolín de tres metros estaban centradas en Rommel Pacheco, quien ya había anunciado que esa sería su última competencia; al mismo tiempo, y casi de manera inadvertida, otro clavadista nacional vivía una jornada igual simbólica al debutar en la máxima justa deportiva. Su nombre era Osmar Olvera.

A sus 17 años, el tapatío se presentaba en Tokio como el integrante más joven de la delegación mexicana con nulos reflectores, además su propia inexperiencia provocó que no pudiera avanzar más allá de las semifinales. Sin embargo, ese fue el primer paso de una preparación que hoy lo tiene como la principal esperanza de medalla en París 2024, luego de las dos medallas que ha conquistado en el trampolín durante el Campeonato Mundial que se está desarrollando en Doha, Qatar, y que lo han convertido en la figura del equipo de clavados.

El crecimiento

La posibilidad de ir a sus primeros Juegos Olímpicos tan joven, le permitió a Osmar Olvera ganar experiencia y ver en qué tenía que trabajar de cara a París 2024. Hace tres años en Tokio cumplió con una buena ronda preliminar, en la que quedó noveno para avanzar a las semifinales, pero fue en esta instancia donde los errores se hicieron latentes y de un buen comienzo (llegó a estar en quinto sitio) se cayó hasta el 17 y terminó en el 14, a dos sitios de meterse a final del trampolín de tres metros.

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