Por La Pasajera

 

Es la ruta de la colonia Obrera, el microbús es un poco antiguo, se ve diferente a los demás que a diario recorren la ciudad, los asientos van en líneas de dos en dos, para los pasajeros son incómodos, muy apenas caben en ellos.

la foto (2)En la parada del puente, aborda el micro una mujer con la cabellera teñida de rubio de algunos 25 años, la chava no alcanza asiento y se queda de pie, los hombres no la pierden de vista y es que la dama lleva puesto un pantalón a la cadera negro, una blusa blanca y tenis blancos, por lo que destaca una tanga de hilo dental de color rojo que mostraba sin darse cuenta, o quizá sí.

La mujer se da cuenta de la manera que la observaban los hombres que iban en la parte trasera de la pesera, ella aprovecha esa situación y camina hacia esa dirección a ver si corre con suerte y le dan un asiento, aunque no la hicieron esperar ya que de inmediato un hombre cuarentón con cara de morboso se levanta y le cede su asiento por querer quedar bien con la joven y guapa rubia,.

Ella ya sentada se acomoda su ropa y se da cuenta que sin querer andaba mostrando un poco de más.

El chofer va como alma que lleva el diablo, unas cuadras más tarde llega a el lugar donde se encuentra el checador, le entrega el papel donde le anotan los minutos que llevan recorridos, el hombre que está a cargo del checador le devuelve el papel, al verlo el chofer le reclama enojado:

«No manches, le estás poniendo 30 y yo en mi cronómetro traigo 33, ni creas que te voy a dar un pinche peso»

El hombre del checador ya no le contesta y el chofer le pisa al acelerador con coraje sin importarle pasar un tope a gran velocidad y hacer saltar a la gente hasta casi caer, una mujer robusta y con gesto de desagrado fue la que no se quedó callada y dijo:

» Dale más despacio cabron»

Al chofer le entró por un oído y le salió por el otro, se creía actor de la película rápido y furioso.

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