A sus 21 días de nacido, Kelvin Moisés es el migrante más joven en el refugio del Centro de Atención al Menor Fronterizo de Matamoros, su familia proviene de Guatemala y ahora pide asilo en México donde permanece en capilla dentro de un proceso de deportación.
Se trata del bebé migrante que repartió todo México dentro del vientre de su madre Gloria y vino a nacer en Matamoros, cuando ella estaba presa ya en la estación migratoria.
Gloria tiene 33 años y está en los puros huesos, en parte por la lactancia y en parte por la preocupación, salió con su hija Kenia y un embarazo de 8 meses salió desde la provincia de Morales en Guatemala para recorrer el país con 7 mil pesos en la bolsa.
No hubo coyotes de por medio, solo el valor sostuvo de pie a la guatemalteca, alentada por la necesidad de llegar hasta la frontera norte y de ahí cruzar ilegalmente a los Estados Unidos donde la esperaba Celia su hermana, un trabajo y la oportunidad de comenzar de nuevo.
«Mi hermana me había mandado 500 dólares y llegando a Chiapas los cambie, fueron como 7 mil pesos, con eso me avente yo y la Kenia, alcance a llegar hasta aquí sin ayuda de nadie, viajando en camión, pero nada más pise Matamoros nos agarró Migración y para dentro».
Fue dentro de una estación temporal del Instituto Nacional de Migración, que le empezaron dolores de parto. Kelvin nació por vía natural hace 3 lunes: el 23 de junio en el Hospital Civil Dr. Alfredo Pumarejo de Matamoros, peso menos de 3 kilogramos y tiene unos ojos grandes y vivarachos, así como la costumbre de arañarse la cara con las uñas largas que Gloria no le ha podido cortar.
«La verdad es que aquí nos han dado de todo a mi y a Kenia y al niño, pero no tengo cortauñas, por eso le pongo los calcetincitos para que no se rasguñe la cara o se pique los ojos, esta muy tiernito mijo me da miedo que se lastime».
A diferencia de los refugios en el sur de Texas, atiborrados de niños migrantes que enfrentan hacinamiento y maltrato en una crisis humanitaria reconocida por el vecino país y que elevó el reclamo internacional, en Matamoros el albergue del DIF Municipal funciona al 50% de su capacidad, la semana empieza con 14 menores, incluyendo a los hermanos Kelvin y Kenia, que junto a su madre duermen en una habitación donde se enfilan 10 literas de las cuales sólo dos están ocupadas.
Desde este refugio ubicado en la Avenida Constitución de la colonia Jardín, Gloria pudo comunicarse vía telefónica con José, el marido que se quedo en Guatemala con el cuidado de otro hijo, para informarle que había sido detenida por Migración mexicana y que el bebé ya había nacido.
«Lo primero que me pregunto es que si estábamos bien, y ahora dice que va venir por los 3, pero como yo le pido que se espere porque si vienen capaz que nos deportan a los 3 porque Kelvin ya es nacido acá, yo pido la oportunidad de quedarme con mi familia aquí en Matamoros, porque en mi país hay mucha miseria, mucha pobreza no tenemos a que regresar, y si acaso me avientan otra vez hago el viaje de vuelta con los niños porque yo no quiero que crezcan allá»





