Sobre la salud de Vladimir Putin se habló por primera vez desde el año 2000 cuando se aseguró que habría sufrido un derrame cerebral; pero los rumores sobre la condición del ex espía de la KGB han crecido en los últimos meses y empiezan a perder su calificativo de «descabellados», sobre todo ante su reciente cancelación para llevar a cabo su tradicional nado en aguas heladas que incluso es grabado en video para después ser difundido.
Por lo anterior, los servicios de Inteligencia del gobierno de Estados Unidos plantea una hipótesis que asegura que el presidente de Rusia está muy cerca de renunciar al cargo ante su precario estado de salud que, además se agudiza, por los tratamientos a los que es sometido ya que combate al cáncer, situación que ha vuelto al mandatario «retraído, silencioso y profundamente preocupado», según fuentes cercanas citadas por el Daily Mail.
«Putin se está sometiendo a un tratamiento con medicamentos que además de su efecto terapéutico, causan debilidad, mareos y falta de apetito, lo que no afecta a su estado psicoemocional de la mejor manera», dijeron fuentes al canal de Telegram General SVR.





